Cambios como arte

Todos nosotros estamos esperando cambios radicales en el mundo.

Pero, ¿Qué son esos?

Es importante comprender que los cambios no son transformaciones, tampoco son reformas, revoluciones ni evoluciones. Los cambios no son ninguno de esos sinónimos con los que los llamamos.

Las transformaciones se refieren a la transición de una certeza a la otra. Las transformaciones son la inmutabilidad del ser en circunstancias no esenciales cambiantes.

La visión de los cambios permite evitar la inquietud. El llamado a “mantenerse tranquilo como una roca durante la tormenta del océano” es engañoso. La roca no puede preocuparse, porque no es un ser pensante.

La filosofía de los cambios se centra en entender las razones y principios que guían el proceso de transformación en diferentes contextos. La práctica de los cambios implica la aplicación de estos principios en situaciones reales, buscando mejorar y adaptarse a nuevas circunstancias.

Es fundamental reconocer que el cambio es una constante en la vida, tanto a nivel personal como organizacional. A través de la reflexión filosófica y la acción práctica, podemos abordar los desafíos que surgen en este proceso, promoviendo un enfoque proactivo y consciente hacia la evolución y crecimiento. La combinación de filosofía y práctica en el ámbito de los cambios nos permite no solo adaptarnos, sino también liderar transformaciones significativas.

Filosofía y práctica de los cambios

La mayoría de las desgracias de cualquier ser son debido a la falta de voluntad para cambiar. Y la guerra es una de esas desgracias. Si los seres estuvieran dispuestos a aceptar todos los cambios que ocurren durante y después de la guerra, no necesitarían la guerra. Solo bajo la presión de muertes masivas, algunos, y ni siquiera todos, logran entender algo y cambiar.

La mayor tontería que he escuchado es que el sentido de la vida es la vida misma o la supervivencia, o incluso la expansión. Ni lo uno, ni lo otro, ni lo tercero.

¿Para qué sirve la vida si solo se trata de sobrevivir?

El sentido siempre está fuera de aquello de lo que es sentido. Si el sentido está dentro de aquello de lo que es sentido, entonces es más bien una tontería que un sentido.

Cambios como arte

El arte de los cambios no es una generalización de ninguna experiencia. Es un intento de un pensamiento y una imaginación especiales. Para hablar de cambios, es necesario sacar el lenguaje no solo de las relaciones sujeto-objeto, sino también de la existencia heideggeriana en su discurso del estado de transistencia.

Los cambios ocurren cuando se permiten.

Ocurren para aquellos a quienes se les permite.

Lo que siempre se adapta, nunca cambia.

Él evita la incertidumbre y no está preparado para lo Otro.

Su destino es una existencia miserable y aburrida, indistinguible de la no existencia.

Ya sea que seas un adaptador, adaptándote al mundo, o un tirano, adaptando el mundo a ti, no cambias de igual manera y no cambias nada. La destrucción del mundo tampoco es un cambio, ya que las ruinas y la muerte son cosas muy definidas y sin valor, que no generan lo Otro. Incluso la propia visión de los cambios requiere no solo una óptica especial, sino también cierto auto-rechazo, distancia de lo social, una generalización hábil visible hasta la realidad cambiante, alejándose de la observación de las cosas hacia la orientación sin puntos de referencia en morfologías confusas.

No es tanto la realización de cambios, lo que es muy raro que sea posible, sino la visión de los cambios y participación en los cambios, este es un arte especial que no se puede enseñar como un conjunto de conocimientos o habilidades, sino solo como una gramática líquida de relaciones confusas, como una preparación para lo Otro, como ciertas orientaciones implícitas, como preguntas y puntos de referencia relativos.

Y aun así, ¿los cambios existen o no?

Creo que todos los seres que viven en un mismo espacio-tiempo pertenecen a diferentes totalidades: un mundo determinado de aburrimiento y horror de la inmutabilidad, y morfologías confusas de alegría y curiosidad por los cambios.

Los cambios son el arte de descubrir lo Otro en la incertidumbre; este es el arte de la orientación como una orientación antes y más allá de toda diferencia y repetición, comienzos y límites; este es el arte de la visión multidimensional y de la indagación.

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