LA ESTRUCTURA DEL DESTINO: OCHO TRIGRAMAS Y SEIS LÍNEAS DEL HEXAGRAMA
En el corazón de la filosofía china y su
comprensión de los fenómenos naturales yace el I Ching o Libro de los Cambios, una obra milenaria
que guía la toma de decisiones y la comprensión del mundo a través de un
complejo sistema de símbolos conocidos como trigramas
(Ba
Gua) y hexagramas. Estos
elementos no son solo herramientas de adivinación, sino expresiones profundas
de la naturaleza misma, ofreciendo una ventana a las fuerzas subyacentes que
moldean nuestra realidad.
Ba Gua es la fuente de todos los fenómenos de la naturaleza
Los ocho
trigramas, o Ba Gua, representan las fuerzas fundamentales y los principios
básicos del universo. Estos son: Cielo
(乾 Qián), Tierra
(坤 Kūn), Trueno
(震 Zhèn), Viento
(巽 Xùn), Agua
(坎 Kǎn), Fuego
(离 Lí), Montaña
(艮 Gèn) y Lago
(兑 Duì). Cada trigrama está compuesto por tres
líneas, ya sean continuas, representando el Yang, la luz y lo activo;
o partidas, representando el Yin, la oscuridad y lo receptivo.
Juntos, forman el núcleo de todo lo existente, desde el cambio de las
estaciones hasta los movimientos internos del corazón humano.
Líneas Yao [爻]: cambios y transformaciones
Los hexagramas, por otro lado, se
construyen a partir de seis líneas (Yao), ya sean Yang (línea continua) o Yin
(línea partida), y se leen de abajo hacia arriba. Estas seis líneas representan
diferentes niveles de energía y etapas de desarrollo, reflejando los constantes
cambios y transformaciones que experimentamos. La interacción de estas líneas
nos habla de la dinámica entre lo estático y lo móvil, lo eterno y lo efímero.
"Yao" puede
entenderse como símbolo del cambio y la transformación de una cosa en otra.
Todo en el universo está en constante interacción, una cosa afecta a otra, todo
cambia constantemente. Por lo tanto, el cambio es "yao".
El hexagrama se compone de seis líneas Yao,
que se consideran de abajo a arriba. Las seis líneas Yao se dividen en tres
partes: la primera y segunda líneas son la tierra,
la tercera y cuarta líneas son el hombre,
la quinta y sexta líneas son el cielo.
Estas tres partes se denominan los Tres
Comienzos, Sancai 【三才】. El camino del cielo habla del Yin
y el Yang,
el camino de la tierra habla de la dureza y la suavidad, y el camino del hombre
habla de la compasión y la ley.
Ba Gua: los ocho elementos que forman el Cielo y la Tierra
Los ocho trigramas no solo simbolizan
elementos básicos de la naturaleza, sino que también representan estados,
situaciones, o incluso personajes y emociones. Ellos son la base sobre la cual
se construyen los 64 hexagramas del I Ching, cada uno de los cuales
ofrece orientación sobre una amplia gama de situaciones y dilemas.
Gua es una imagen de un fenómeno cualitativo, una
manifestación de alguna propiedad fundamental del mundo que podemos observar. Ba
gua son ocho de esos fenómenos básicos o transformaciones del mundo que
nos rodea. Se distinguen estos ocho fenómenos.
El primer hexagrama Qian 【乾】 simboliza el cielo, el cielo siempre está arriba, la
parte superior de la cabeza siempre está vuelta hacia el cielo, por lo que está
conectada con el cielo.
El segundo hexagrama Kun
【坤】simboliza la tierra. Un
hombre vive en la tierra, la tierra está siempre bajo sus pies.
El hexagrama Li 【离】se asocia con
el Sol, el Gran Yang 【太阳】.
El hexagrama Kan 【坎】simboliza la Luna. Los Soles y la Luna se mueven
constantemente uno alrededor del otro, lo que simboliza el tiempo, el espacio y
el universo.
El hexagrama Zhen 【震】representa el trueno. Es la energía que pone en
movimiento el universo.
El hexagrama Xun 【巽】simboliza el viento. Son las corrientes de aire.
El hexagrama Dui 【兑】se asocia con
el lago, el mar, el río.
En el mundo manifestado, los Ba
gua interactúan entre sí, dando lugar a innumerables cosas y fenómenos.
Gua [卦] y Yao [爻]
En la práctica, cada Gua
(hexagrama) refleja un momento específico en el tiempo, una instantánea de las
fuerzas en juego en el universo y en nuestras vidas. Estas imágenes simbólicas
sirven como un espejo en el que podemos ver reflejadas las tendencias y
posibilidades inherentes a nuestras circunstancias actuales.
Los hexagramas, en su esencia, son
manifestaciones de la naturaleza que podemos observar y contemplar. El I
Ching nos enseña a ver más allá de las apariencias superficiales,
reconociendo los patrones y ciclos que rigen el flujo de la vida.
En el I Ching, los hexagramas
se presentan como símbolos, cada uno compuesto de seis líneas que pueden ser Yin
o Yang.
Estos símbolos codifican sabiduría profunda sobre las leyes del universo y cómo
estas interactúan con la condición humana.
Cada hexagrama es una manifestación de
fuerzas y un origen de fenómenos, ofreciendo una guía para navegar por la
complejidad de la vida con armonía y sabiduría.
Las líneas Yang en los hexagramas
representan lo activo, lo claro y lo fuerte. Son símbolos de creatividad y
acción en el mundo. Las líneas Yin, por contraste, reflejan lo
receptivo, lo oscuro y lo suave. Encarnan la capacidad de ser flexibles,
adaptativos y abiertos a los cambios.
La sabiduría del I Ching y sus enseñanzas
sobre los ocho trigramas y las seis líneas
Yao
de los hexagramas continúan siendo
una fuente de inspiración y guía para aquellos que buscan comprender los
misterios de la vida y del universo. A través de su estudio, podemos aprender a
vivir en armonía con las fuerzas de la naturaleza y a enfrentar los cambios con
equilibrio y sabiduría.
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© Nikolai Barkov, 2024
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