COMO NACE LA INSANIDAD MENTAL

Klaus Conrad estudió esquizofrenia. El era neurótico y amaba los deportes extremos. Escalaba montanas, hacia ascensiones en solitario a los Alpes, realizaba caminatas sobre glaciares. En vida fue brillante. Y murió en su mejor momento ya que Klaus Conrad hizo el mayor descubrimiento en psicología profunda. Ni el mismo nunca comprendio toda la profundidad del descubrimento que había realizado. Porque después de la Segunda Guerra Mundial, sus colegas psicologos lo rechazaron. El pertenecia a la legendaria Escuela de Viena, pero se afilió al Partido Nazi en 1940. Incluso antes de su ingreso en las filas del Partido, su investigación sobre la epilepsia hereditaria se convirtió en el fundamento para realizar la esterilización obligatoria de los epilépticos en la Alemania nazi.

En Estados Unidos, hacía donde los apologistas de la psicología profunda fueron evacuados, convirtiendo a Estados Unidos en un centro psiquiátrico mundial, ni siquiera querían oír hablar del nazi Conrad quien vivió sus días como profesor, escribiendo tratados, enseñando en universidades e incluso fue nombrado director de un instituto serio en Munich. Pero la psiquiatría mundial todavía lo consideraba “manchado” por convertirse en miembro del nazismo. Los editores tacharon las referencias con su nombre de los libros de referencia, los estudiantes intentaron no mencionar sus ideas para no despertar la ira de sus asesores académicos. Para Conrad era difícil vivir y trabajar. Y la muerte misma de Conrad también está rodeada por misterio. Parece que se estrelló durante una subida a algún pico montanoso, pero tambien hay una versión de que fue un suicidio.

Pasaron muchos años y poco a poco la biografía de Conrad dejó de ser importante y pasó a un segundo plano. Pero el descubrimiento que el hizo se convirtió en un hito importante en el camino hacia la comprensión de las profundidades de la psique humana. Hoy pueden encontrar un modesto artículo sobre el propio Conrad en la Wikipedia alemana. Pero si buscan las palabras “fase trema”, “apofenia” o “transgresión”, verán miles de enlaces. Fue Klaus Conrad, sin saberlo, quien describió uno de los procesos clave del inconsciente. Aunque su rumbo del estudio siempre fue la esquizofrenia y su aparición en una persona enferma.

Trema

Siguiendo las mejores tradiciones de la Escuela de Viena que dio al mundo una galaxia de los más grandes científicos, desde Freud hasta Frankl, desde Jung y Adler hasta Reich (una figura aún más dramática), Conrad llegó a la conclusión de que la locura es una consecuencia de la “neurosis”. Sugirió que la esquizofrenia es una consecuencia de un conflicto interno inconsciente, y propuso la idea de "neuroticismo endógeno". Desde la posición de la ciencia actual, esto suena bastante idealista. Pero no es algo que carece del significado por completo. No sabemos nada en absoluto sobre la esquizofrenia, simplemente inflamos nuestros egos medicos y pretendemos que entendemos algo. Cuando en realidad, la esquizofrenia es una caja negra para la ciencia moderna. Desde el punto vista medico, se trata como una infección respiratoria aguda, es decir, aliviando los síntomas y ayudando a los pacientes a reintegrarse a la realidad. Es decir, el tratamiento es netamente sintomatico con distintos grados de éxito. Pero Conrad logró algo mejor, ya que Conrad describió la primera fase de aparición de la enfermedad y su ulterior desarrollo. Así como los geólogos que buscaban los huesos fosilizados e huellas de plantas antiguas, los esquizofrenólogos describieron los mecanismos de "inyectar" en la realidad humana aquellos imágenes de realidades completamente dolorosas y normalmente no validadas.

Los psiquiatras de la escuela vienesa amaban los antiguos mitos griegos como base de conceptos inconscientes. Reyes y dioses, héroes y ninfas, pasiones y dramas. ¿De dónde viene todo esto? Después de todo, ¡está claro que no proviene de la conciencia humana! Príapo con su falo, maldición y sueño; Narciso y su madre Lierope, en cuyos ojos el hijo no se veía a sí mismo, sino veía su reflejo, es decir, su muerte; Edipo, que se casó con su madre, Yocasta; Electra, que persuadió a su hermano a matar a su madre por culpa de un padre arruinado... ¿De dónde vienen todas esas historias? Ellas vienen desde las profundidades sin fondo de la psique, desde el subconsciente, desde los rincones oscuros del alma.

Fueron las tragedias antiguas, el producto “puro” del arte primitivo que aún no había sido tocado y “estropeado” por la civilización, las que se convirtieron en la base de los pensamientos de Freud y sus estudiantes. Pero Klaus Conrad fue más allá, el comprendió cómo funciona la tragedia griega. El captó el trama universal, el principio que da inicio a la acción, el comprendio como el trama creada por el dramaturgo va creciendo. Y su desarrollo es como se desenvuelve la vida misma de una persona: desde el prólogo hasta el clímax, desde el desenlace hasta el epílogo. Pero eso no es sólo una forma dictada por Melpómene, sino que ¡es un reflejo del inconsciente!

Conrad estudió pacientes esquizofrénicos. Y se dio cuenta de que el delirio no se desarrolla espontáneamente ni por casualidad, el determinó que el proceso de delirio tiene etapas bastante definidas. Y están asociados con un aumento de la ansiedad, como en la tragedia clásica griega antigua. Conrad lo llamó trema. O fase de tremo.

Imagínese una persona común y corriente, como usted o como yo, o como cualquiera de los miles de millones que habitan el planeta que vivimos nuestras vidas, satisfacemos nuestras necesidades, pensamos, respiramos, comemos, dormimos, funcionamos. Cada minuto se lleva a cabo una gran cantidad de trabajo en la conciencia de la persona. Pero no solo en la parte conciente, sin en el subconsciente tambien. Nos preocupamos, anticipamos, amamos, reímos, cuidamos de nuestros seres queridos, enfrentamos a nuestros enemigos, damos a luz a niños, lloramos a los difuntos, viajamos en coche o en metro. Todo está bien, todo va como debe ir, todo esta en paz, todo está tranquilo.

Y de repente, en un instante la calma desaparece. Simplemente se va. Y al instante siguiente, en algún misterioso anfiteatro, los actores suben al escenario y comienzan su diálogo. Y con eso la persona empieza a sentirse preocupada. El mundo entero cambia repentinamente de significado, sentimos que ALGO ESTÁ PASANDO. Nuestras vidas cambian repentinamente. Lo que parecía normal de repente empieza a molestarnos. ¿Está apagada la plancha? ¿Está sobrio el conductor del autobus donde voy a subir? ¿Por qué el bebé hoy en la manana se ve tan pálido? ¿Qué es esta extraña llamada sin respuesta en tu celular? ¿Es confiable el gerente de mi banco? ¿Hay algún significado oculto en la conversación de ayer con tu vecina que te odia?

De repente, el mundo ateriormente apacible se vuelve en alarmante e incomprensible, ¡y esta alarma no está infundada! Después de todo, algo realmente malo está sucediendo. ¡Deberíamos pensarlo! Pero así es como funciona la conciencia de cualquier persona, ¡buscamos la razón en la realidad circundante, no en nosotros mismos! Pero la realidad no es nada relajante y amena. Con lo que la ansiedad va en aumento cada vez más. Lo que le dice a la persona: es hora de que descanses, de alguna manera tú eres diferente. ¿Pero es la hora de descansar ahora? Cómo voy a descansar, cuando ¡tengo que hacer algo urgentemente! Tengo que hacer algo, entender algo inmediatamente y cambiar algo urgentemente, pero ¿qué es? El mundo se vuelve un misterio dificilmente penentrable.

La ansiedad aumenta y llega a percibirse como miedo. Esto es una paradoja, es una trampa, pero es así como nuestra psique disuelve la diferencia entre la ansiedad y miedo. Nos asustamos. ¡Pero al mismo tiempo nada nos amenaza! La picadora de carne sigue girando, pero se acabó la carne. No sentimos dolor real, empujamos los aparentes temores de un mundo completamente nuevo a la boca de nuestra psique inflamada y sinfines despiadadas nos agarran los dedos. Metemos aún más la mano y sacamos el muñón. Nuestra conciencia ya no controla nada, el mundo entero se va al infierno.

Lo que parecía inquebrantable pierde todo significado: el trabajo, la familia, los hijos, los seres queridos. Todo a nuestro alrededor es extraño, impredecible, aterrador.

Entonces ella tomó un cuchillo y esta cortando la ensalada. ¡Pero con este cuchillo ella puede matarme si me descuido y me doy vuelta! Supongo que sólo debería sentarme en la mesa frente a ella y mirarla fijamente.

¿Es absurdo? Esto es una especie de misticismo, ¿por qué, para qué?

Pero obviamente ella tomó este cuchillo por alguna razón: es incomodo para cortar tomates, ¡una hoja así está diseñada para golpear el cuello!

¿De dónde salió este cuchillo en la casa? ¡Lo compró especialmente! ¡Ay qué tontería! Los pensamientos saltan y brincan, la ansiedad revolotea como un pájaro de rama en rama, como una bolsa de plástico en un vertedero llevada por el viento.

¿Por qué en las noticias se muestra algún tipo de guerra en la televisión? Después de todo, ¡mañana mismo esta guerra llegará a nuestra calle! No importa que en nuestra calle ni siquiera entran ladrones de bicicletas, de todas formas debemos comprobar ¿si el coche fue robado? ¿Y qué paso con el cochecito del armario?

A una persona le parece que está “nerviosa”, pero al mismo tiempo NO PUEDE entender que sus “miedos” son endógenos. Es lo que Conrad llamó "trema" cuando el aumento de la ansiedad que surge de la nada no es el comienzo de la esquizofrenia sino el comienzo de la DEPRESIÓN. La ruptura del mecanismo interno de regulación mental es un problema grave, pero aún no es irreversible. Un psicoanalista puede analizar tal condición en terapia, ayudar y devolver al paciente a la realidad de la vida en el proceso de trabajo psicologico. Y si un psiquiatra competente se involucra y prescribe el antidepresivo adecuado, después de un tiempo el paciente tendrá una "ventana" al mundo, su conciencia podrá procesar la ansiedad como la causa de sufrimiento y deterioro de la calidad de vida.

Pero usted no va al psicoanalista, ese no es un dentista, ni un peluquero, ni un ginecólogo. Este es un hombre extraño que exige dinero en efectivo para escucharle. Y ni siquiera le ofrece té o cafe. Será mejor que consulte con su madre, una tia o una amiga. Leer libros sobre psicología popular tambien es bueno. Y se sentirá mejor. Por un día, o por una semana. Pero luego todo se volverá. Entonces, se enterrará en Facebook, pasará horas en Instagram, verá series de televisión, cocinará cosas deliciosas para la cena, irá al cine, leerá una nueva novela de Umberto Eco o un viejo cuento de Murakami. ¡Todo es tan interesante! Y parecera no hay problema... Y por la noche podrá ver los blogs glamurosos, escuchar podcasts sobre surf, hojas delicadas de palmeras tocando el tejado de una cabaña al atardecer... Un buen vino ayudará, cerveza los viernes, discoteca el sábado, gente guapa, buen DJ, besos y abrazos. Y el domingo, de repente, le golpeará por completo la ansiedad, que como un dolor de muelas insoportable, le abrumará por completo. ¿Qué es esto? ¿Es una locura? No, es imposible, yo soy normal, yo estoy sano, yo estoy bien, ¡es algo que le está pasando al mundo! ¿Pero que?

No, todo esto de alguna manera deja de ser agradable. La comida ya no es sabrosa, algo le pasó a la comida. Al parecer, los organismos modificados genéticamente están siendo introducidos en todas partes.

¿Que hay de sexo? Sigue siendo agradable, incluso muy agradable, pero luego queda una especie de sabor ingrato, simplemente me usaron como carne. Leer es molesto, el clima es opresivo, a veces caluroso, y a veces es frío.

Después de un tiempo, según las leyes del género trágico griego, la fase trema se volverá insoportable. Su conciencia se apagará, y ni siquiera recordará cómo sucedió. De repente se verá sumergido en una completa oscuridad. Éste es el sueño mismo de la mente que da origen a los monstruos. Caerá en esto, como Windows en un procesador sobrecalentado mostrará una pantalla azul que significa que el sistema se ha paralizado, no se encontraron los archivos, es imposible seguir trabajando y simplemente no se han guardado todos los datos. Y luego habrá un reinicio. Un reboot. De repente todo quedará claro. La fase trema ha terminado. Y ahora se ha producido la APOFENIA. La tragedia ha terminado. El asesino es el mayordomo.

APOFENIA

Es la fase cuando la persona se calma. El delirio se apodera de su conciencia. La ansiedad desaparece. Y todo vuelve fácil y simple, claro y hermoso. El subconsciente irrumpió en la realidad y la cambió. A partir de ahora una persona nunca volverá a ser la misma. Se produjeron cambios radicales en su imagen del mundo. El delirio “se cristalizó” y pasó a formar parte integral de la mente. La apofenia ocurre cuando conexiones completamente absurdas conectan fragmentos de lo real en una imagen holística.

Y eso lo que tenemos que entender. Érase una vez un hombre. Estudió, trabajó y se interesaba por algo. Y un buen día agarro su cachivaches y partió hacia el Tíbet. O más cerca, su fue al monasterio cercano. O se convirtió en testigo. No importa de que o de quien. O se dejó llevar por los cuentos de Osho. Empieza a creer que todos los problemas de la Tierra se deben a la incredulidad. Se intereso por el yoga y se hice vegano. O encabezó la célula local de una secta pagana. No importa cuál. O creía que los culpables de todo lo que nos esta pasando fueron los reptiles, los reptiloides y extraterrestres. Y la lista sigue y sigue.

La gente destruye sus familias cuando ve que todos sus problemas provienen de un malvado agresor externo, empeñado en matarlos, persiguiéndolos por todas partes, mientras que el marido o la mujer intenta ingenuamente devolver a la persona a la realidad, lo cual es completamente inútil.

De hecho, el estado apofénico es la locura más encarnizada, porque no hay nada más difícil que corregir el delirio cristalizado, cuando una persona no se considera enferma, le parece que está siendo perseguida debido a sus creencias. Una vez intentaron llamar tal estado como esquizofrenia lenta, pero no hay ninguna esquizofrenia ya que la persona es completamente adecuada. Nada de sombreros de papel de aluminio en su cabeza, pararrayos u otras ideas paranoicas. Todo está bien. El hombre simplemente consiguió su creencia. Y eso es todo.

El 90% de los "ancianos" o "gurús", dueños del "conocimiento interior", "psíquicos" y demás esotéricos son personas perfectamente sanas. Al fin y al cabo, cada uno es libre de ver el mundo de forma diferente. Tienen éxito y son afortunados, es más, ¡son felices! Su conciencia funciona, su inconsciente también. Son funcionales. Pero su imagen del mundo está deformada para siempre. Aunque no siempre, los psiquiatras que se encuentran con este fenómeno observan casos de autocorrección. Un año después, dos años después. Pero siempre ocurre. Los apofenistas, por supuesto, nunca vuelven del todo al estado "normal", ¡pero la psique es algo tan delicado! Sucede que la conciencia empaqueta cristales de la imagen delirante del mundo en densas cápsulas y los envía al subconsciente. Si los seres queridos tienen paciencia, si aman, si quieren al paciente, es posible esperar la mejoría, sobre todo si el delirio no corresponde en absoluto a la realidad. Es decir, la vida lo refuta por todos los parámetros. El fin del mundo prometido no vino, esta bien, la fecha ha pasado, se acabó, se puede salir de la cueva de nuevo. No cancela la posibilidad del fin del mundo en sí, sólo que se propone otra fecha.

Entonces, ¿que ese so, es esquizofrenia o depresión?

No conocemos sus confines. No hay un límite exacto con una raya roja bien delimitada. Todo eso es un enigma. Es un misterio. Uno de los aspectos más desconocidos de la psique, un mecanismo de defensa contra la insanidad total. Autoamputación del sentido común. Un frágil jarrón de cristal que se rompió no por una caída, sino por la tensión interna del propio cristal.

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