RECURSOS VITALES PERSONALES

 

 

 

 



 

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Nosotros ya hemos analizado las 10 Deidades en Bazi donde se consideran los recursos bajo el enfoque de la metafísica china. Ahora queremos dirigirnos única y exclusivamente a los recursos personales vistos desde el punto de vista de la psicología.

 

Los recursos personales son todos aquellos soportes vitales que están a disposición de una persona y le permiten satisfacer sus necesidades básicas de: 1) supervivencia 2) comodidad física, 3) seguridad 4) inserción en la sociedad 5) consideración y respeto por parte de la sociedad 6) autorrealización en la sociedad.

 

Los recursos se dividen en sociales y personales, es decir, en externos e internos. Los recursos externos son valores materiales, estatutos sociales (roles) y conexiones sociales que brindan apoyo a la sociedad, asisten a una persona desde el exterior. Los recursos internos son el potencial personal mental, el carácter y las habilidades de una persona que ayudan desde el interior. Sin embargo, la división en recursos externos e internos es más bien condicional. Esos y otros recursos están estrechamente relacionados, y con la pérdida de recursos externos, se produce gradualmente la pérdida de recursos internos.

 

Los recursos externos confiables garantizan el buen estado de los recursos internos, pero sólo si esos recursos internos ya existen. A veces una persona recibe recursos externos sin tener todavía los internos, y esto es solo como un decorado externo que puede desmoronarse en cualquier momento. Esta es la tragedia, por ejemplo, de algunos niños de familias muy acaudaladas quienes sin haber desarrollado aún su propia personalidad, habían recibido muchos soportes sociales por adelantado. En este caso, es mucho más probable caer en la trampa de la dolorosa adicción, apatía o depresión que en el caso de aquel joven quien sin contar con suficientes recursos sociales, se ve obligado a ganárselos por sí mismo y en el proceso construye automáticamente los recursos internos. Ya que los recursos internos tienen cierta semejanza con los músculos de la personalidad y van creciendo como resultado de la carga. Sin embargo, si una persona tan joven no tuviera ningún recurso externo, no recibió ningún apoyo inicial de la sociedad, es muy dudoso que pueda sobrevivir. Es decir, se necesita un mínimo de recursos externos iniciales.

 

Cuantos más recursos internos ya había adquirido la persona, mayor será su capacidad para restaurar los recursos externos en tal supuesto caso de la pérdida. Así, mayor será su resistencia al entorno, más fuerte será su subjetividad, voluntad, integración del ego, locus de control, autoconciencia y autoeficacia, resistencia al estrés manteniendo la integridad de la personalidad. Es importante entender que los recursos internos más fuertes no reemplazan a los externos, pero le permiten existir por un tiempo sin recursos externos, restaurarlos desde cero, aumentarlos en cualquier situación y proporcionar una sobreadaptación, resistiendo la persona sola el entorno. Así es como se ve el héroe de las películas fantásticas de acción que atraviesa cualquiera de las pruebas más terribles y siempre sale victorioso. Esta metáfora es muy precisa.

 

Los poderosos recursos internos son realmente como un verdadero motor en lugar de un corazón, una voluntad inquebrantable, carisma y una gran cantidad de energía. Sin embargo, uno debe entender muy bien que cualquier recurso interno hablando en términos médicos es como suministro de oxígeno en los pulmones o como suministro de glucógeno en el hígado, que se proporciona de forma autónoma sólo por un período de tiempo hasta que la persona encuentre nuevas fuentes de nutrición en los recursos externos.

 

La persona no puede subsistir durante mucho tiempo sólo con los recursos internos, sino debe encontrar un entorno adecuado y entrar en un intercambio con él, proporcionando con su ayuda todas sus necesidades desde las más primitivas hasta las más elevadas. De lo contrario, después de algún tiempo, el potencial interno se quedará agotado.

 

Es por eso que una persona idealmente debería cuidar constantemente de mantener y aumentar esos y aquellos recursos, y en cuanto más fuertes sean sus recursos internos, más fácil será aumentar los externos. Y en cuanto más aumentó él sus recursos externos, en tanto más fuerte se volvió él por dentro.

 

Los recursos internos son una reserva de autonomía. Así es como una persona puede sentirse bien, confiada y holísticamente sin ningún apoyo de la sociedad e incluso entrando en franca oposición con éste, sin recurrir a ilusiones protectoras y a negación. Es decir, claramente consciente del estado real de las cosas, pero resistiendo al estrés y salvándose a sí misma.

 

Una persona no puede ni debe ser infinitamente autónoma, una persona es un ser social y la esencia de su vida está en la interacción con la sociedad, en el intercambio con los demás, en la participación en la vida de las demás personas. Sin embargo, una persona necesita una reserva de autonomía para preservarse durante conflictos, para protegerse de la intrusión, para afirmar su subjetividad, su voluntad, su mismidad y su Yo, para no convertirse en un objeto abúlico en manos de los demás, en un recurso inanimado, en un esclavo y objeto de todos aquellos que son más fuertes. En determinadas circunstancias, cualquier persona puede convertirse en forraje, pero cuanto mayor sea la reserva de su autonomía, más fuerte será su subjetividad.

 

Es decir, la parte integrada de su personalidad, el llamado núcleo de la personalidad, núcleo de la personalidad”, autenticidad, individualidad. Y cuanto más difícil es destruirlo, mayor es su resistencia y fuerza. Una persona con un núcleo muy fuerte puede considerarse condicionalmente invencible, ya que se necesitará demasiado esfuerzo para someter su voluntad. Mucho más fácil destruir su cuerpo que personalidad. Vale la pena luchar por este ideal.

 

En cualquier caso, conviene alejarse en la medida de lo posible de la situación de debilidad personal, de falta de voluntad, de dependencia y desintegración. Encontrándose en un estado débil, la persona no puede hallar los apoyos internos en sí misma, no puede confiar en sí misma, no tiene suficiente autonomía, no puede prescindir del apoyo de sus seres queridos y por este apoyo está dispuesta a renunciar a sí misma. La persona sufre de soledad y busca escapar de ese vacío, que descubre en sí mismo cada vez que hay un problema o simplemente angustia.

 

Para entender el problema de los recursos, hay que ser consciente de lo dinámico que es este proceso, de lo mucho que está en movimiento. Uno no puede acumular recursos una vez y ganar fuerza para siempre. Los recursos requieren constante interacción con el entorno, constante desarrollo y actualización. Al entregar los  recursos externos y no adquirir otros a cambio, la persona debilita sus posiciones externas, lo que no puede sino afectar su autonomía, sin importar cuán fuerte haya sido alguna vez. La persona cambia constantemente, vive, es decir, se encuentra en constante movimiento y con eso cambia. Y si no se desarrollan sus recursos internos y externos, se degradan. Nada vivo puede congelarse en su lugar.

 

Cuando me hacen la pregunta "¿Por qué una mujer fuerte se convirtió en una mujer débil en una relación, es que ella tenía recursos?". Los recursos pueden permanecer sólo mientras la persona se dedique a estos recursos. Tan pronto como se lanza de cabeza a otra cosa como una relación, sus recursos pasan a la persona a la que se dedica o simplemente se desmoronan y desaparecen gradualmente. Lo principal es que se rompe la conexión entre las partes integradas del yo si existiera esa conexión. Es decir, si la persona era realmente fuerte, y no lo parecía.

 

Al fracturase en parte, la persona deja de desarrollar su subjetividad, su autonomía, su ego-integración, y comienza a comprometerse en algo exactamente contrario. Empieza a relajarse, a entregarse pasivamente a algo, a involucrarse en algo que no es él, huir de sí mismo hacia experiencias extáticas con la esperanza de trascendencia o simplemente una gozada. Toda trascendencia positiva requiere el retornar centro que es el punto de encaje dentro de si mismo trayendo alguna presa que representa el enriquecimiento propio, y no la pérdida de uno mismo. La trascendencia sin volver a ti mismo como sucede muchas veces en el amor es como invertir todo tu dinero en algún negocio que no te dará ingresos. Es la disolución de uno mismo. Es actuar como la víctima.

 

No menos dañina es la incomprensión de la autonomía e independencia. Tratando de resguardar las fronteras, algunas personas comienzan a tratar el mundo que los rodea con hostilidad y cautela, no entablan relaciones, detienen el flujo de inversiones el cual con el propósito de autodesarrollo debe llevarse a cabo continuamente. De lo contrario, el desarrollo se detendrá. Debe entenderse que no hay fuentes de energía dentro de la personalidad, excepto el pequeño potencial que una persona logró acumular y que pronto terminará. Todas las fuentes de energía están afuera, en el mundo circundante, en la sociedad y la naturaleza. Y si la percibe como algo personificado, es también algo social.

 

Puede interactuar no con los individuos específicos, sino con una capa social cultural, leyendo libros y comprendiendo el arte. Puede llevar un estilo de vida bastante cerrado, participar en la creatividad dirigida a la posteridad, pero esto también es una interacción social. Y es a veces muy intensa, mucho más intensa que los lugares de reuniones superficiales. Pero no hay fuentes de energía fuera de la sociedad. Al tratar el mundo que lo rodea con hostilidad o sin interés, la persona se agota muy rápidamente. El amor, la pasión, el deleite, la curiosidad, la inspiración, la admiración, el asombro, el interés, la simpatía, la atracción, el anhelo, la búsqueda, la aspiración, el deseo, la sed,  todas estas son las formas de conectarse con las nuevas fuentes de energía.

 



 

Sin atracción por algo no habrá conexión. Así, la persona permanecerá encerrada en su propia cápsula, se asfixiará, se debilitará, cambiará cada vez más al modo de mayor y mayor ahorro. Como resultado el mundo a través del vidrio empañado por una niebla parecerá más y más tétrico y hostil, o simplemente feo y aburrido. Entonces la depresión puede apoderarse de la persona así y destruirla por completo, despertando el deseo de que quiera morir. Si la persona no se cerrará por completo, a veces se arrastrará fuera de la cápsula y se alimentará un poco con algo. Sin embargo, eso no será suficiente para volverse más fuerte, más audaz y decidirse por inclusiones más activas.

 

Pero tampoco que sólo el amor, la pasión y el deleite es suficiente para enriquecerse con energía. Esto puede ser suficiente para conectarse, pero puede no ser suficiente para que compartiendo su energía pueda obtener algo a cambio. Para el intercambio mutuo, se necesita un sistema que equilibre la fuerza centrípeta del suministro de energía a la fuente, de modo que la energía de la fuente fluya hacia el centro con la fuerza centrífuga. Este sistema es la integración intrapersonal, que no son otra cosa sino los mismos recursos internos.

 

Cuanto más fuerte es el centro de la personalidad, más fuerte es la fuerza centrípeta al crecer la centrífuga. Desde el punto de vista de la mayoría de los investigadores, la integración del ego incluye: una autoestima adecuada y estable que no es sobreestimada, tampoco subestimada, y que no esté saltando; el locus de control, es decir, un sentido de responsabilidad personal y el poder de influir en las circunstancias. de la vida de uno sin ilusiones mágicas, es decir adecuado; y la confianza en la vida, es decir, la voluntad de aceptar sus acontecimientos como lecciones de superación, de sentir el amor de la vida por uno mismo. Ese es justamente el núcleo que se cree que se basa en el amor incondicional de los padres, pero de hecho puede formarse a cualquier edad y perderse también. Este es el núcleo mismo que la fe en Dios les da a algunos, pero no obligatoriamente, ya que hay personas quines sin fe en Dios la adquieren.

 

La tríada de autoestima, locus de control, y confianza (o desafío) no se forma por sí misma, sino solo en el proceso de adquisición de recursos externos, en el proceso de interacción social, de labores, de creatividad, de educación, ganando respeto y amor de la gente. Para recibir algo del mundo, necesitas dar mucho, pero dar en sí mismo no garantiza recibir. No obtendrás nada sin dar, pero cuando das, no hay garantía de recibir. No puede haber simples dogmas e instrucciones en este asunto, debes ser generoso y cuidadoso al mismo tiempo. Y esto es posible con amor simultáneo por el mundo y amor por ti mismo. Y sin estas dos cualidades es imposible. Aquellos que llaman a la renuncia de la simpatía y confianza por el mundo pueden perjudicar mucho a quienes les creen. El amor por el mundo y la apertura al mundo es la única forma de adquirir recursos tanto internos y externos. Y no hay otras formas. El sistema de filtros y fusibles se puede crear individualmente teniendo en cuenta la experiencia y características del individuo. Se puede ser más o menos rígido. Pero es muy importante no botar al bebé con el agua, no ir reasegurándose hasta que todos los canales de soporte vital estén completamente desconectados. Lo primordial es no bloquear ningún acceso a las fuerzas vitales.

 



 

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© Nikolai Barkov, 2023 

 

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