LUCHAR, HUIR, CONGELARSE. ¿CÓMO RESPONDEMOS AL ESTRÉS?
MÁS SOBRE EL TEMA:
SOBRE
EL LIBRO "EL CEREBRO DE BUDA"
UNA
FÁBULA SOBRE LA HORMIGA Y EL ELEFANTE
MÉDICOS
HALLARON UN MÉTODO ANTIDEPRESIVO MEJOR QUE LAS DROGAS
EXCESIVA
IMPORTANCIA. ¿POR QUÉ Y CÓMO DEJAR IR UN ANHELO?
¿QUÉ
NECESITA SABER SOBRE LOS ATAQUES DE PÁNICO?
TRAUMA
DE UN NIÑO NO AMADO O 5 PASOS PARA PERDONAR A TUS PADRES
CÓMO
SALIR DEL HUECO DE LA VIDA
¿QUÉ
HACER EN LOS TIEMPOS DIFÍCILES?
¿QUÉ
DEBE HACER UNA PERSONA PARA DESHACERSE DE LA ANSIEDAD Y LA INSEGURIDAD?
3
INDICIOS DE QUE UD. ESTÁ DESPERDICIANDO SU VIDA
En el artículo LOS
TRES CEREBROS DE MCLEAN ya hemos hablado de las tres partes del cerebro
humano, lo que se puede considerar como la parte teórica. Aquí hablaremos de cómo se aplica esa teoría a la práctica,
es decir sobre nuestra cotidianidad. Cuando estamos bajo la influencia del
estrés, nuestra psique enciende reacciones
defensivas involuntarias. Y cuanto más pronunciada sea la amenaza real o
imaginaria para nuestra vida, salud o bienestar, mayor será la probabilidad de
que la psique dé una de las siguientes tres reacciones: luchar, correr o
congelarse.
Veamos cuál
es el mecanismo de estas reacciones y cómo
puedan afectar a nuestras vidas.
El cerebro humano se puede dividir
aproximadamente en dos niveles. El primero es el nivel de la lógica, donde los hemisferios cerebrales
juegan el papel primordial. Ellos forman la personalidad del individuo, ya que son
responsables de su intelecto, pensamiento lógico y singularidad.
El segundo es el nivel de las emociones. Estas estructuras se
encuentran debajo de los hemisferios cerebrales y son responsables de la
respuesta emocional. Se incorporan en el funcionamiento cuando sentimos
peligro, cuando existe una amenaza para nuestro bienestar. Además, su reacción
a este peligro dispara mucho más rápido que el despertar de los grandes hemisferios responsables de lo lógico.
Se ha comprobado que estas reacciones
funcionan en contra de nuestra voluntad, es decir, automáticamente. Es por eso
que, sintiendo miedo, a menudo actuamos de la manera imprudente e ilógica. Luego
nos arrepentimos de nuestras acciones y no entendemos cómo pudimos librar semejante
reacción.
La respuesta de Golpear, correr, congelarse está incorporada en nosotros no sólo en
forma de reacción al shock y al trauma. Tal comportamiento también puede ser
una reacción al estrés cotidiano del hogar o a los conflictos de la vida
cotidiana.
Golpea
Si bajo el estrés una persona asume este
tipo de reacción, entonces toma la posición de ataque. Seguramente se ha encontrado con las personas que ante la
menor discrepancia con su punto de vista, comienzan a agredir a su oponente
echando espuma por la boca, demostrando su perspectiva y comportándose de
manera bastante agresiva.
Este mecanismo, por regla general, se prende
en las personas que no están dispuestas a comprometerse y buscan endosar la
responsabilidad sobre otros. Cuando surge una situación de conflicto, la
persona con el desarrollado mecanismo de Golpear
cae en un estado de arrebato, dejando de controlar sus palabras y acciones.
Estas personas generalmente se caracterizan
por una posición de vida activa, son precipitas y siempre intentan dirigir con el volante. Incluso si para tal
propósito tendrán que actuar saltándose a
alguien.
Corre
La reacción de Correr es característica para las
personas que, de acuerdo con su mentalidad, tienen dificultades para soportar
los conflictos y enfrentamientos, así como cualquier circunstancia de la vida
que los obligue a tomar una posición activa. En casi cualquier situación más o
menos estresante, esa persona elige el retraimiento
emocional o físico. Tal escape de la vida a menudo se transforma en
diferentes tipos de adicciones, incluida la realidad virtual, cuando la persona
vive en Internet. Las reacciones
emocionales agudas como llanto, crisis nerviosa o depresión,
también pertenecen aquí.
Con la reacción de
Corre, la persona no vive sus
emociones negativas, sino que las bloquea.
Pero después de un tiempo del mismo modo se harán sentir.
Congélate
El mecanismo de congelación
es caer en un estupor, en una especie de pasmo, en un entumecimiento. La
persona con tal reacción está postrada, simplemente puede acostarse en el sofá
y no tomar ninguna decisión. Un
vívido ejemplo del mecanismo de congelación es la procrastinación. Es cuando la persona pospone para más tarde la
resolución de asuntos importantes, conversaciones o citas. Así los evita.
Sucede que debido al estrés causado por el pensamiento Tengo miedo de hacer mal el trabajo, la
persona prefiere no tomarlo en absoluto. Es decir, la psique le indica la
salida para evitar el estrés que es congelarse y no hacer nada. Así no existe
la posibilidad de cometer ningún tipo de error.
Así también sucede cuando la persona ante una situación de conflicto se
calla, baja la mirada, y se va. Es más fácil para él fingir que todo esto no le está pasando a él que buscar la
manera de protegerse a si mismo.
Trate de hacer un seguimiento de cómo
reacciona personalmente ante el estrés. ¿Cuál de estas tres reacciones es
inherente a su psique con mayor frecuencia? ¿Está eligiendo conscientemente
actuar de esta manera y no de otra? ¿O es automático?
Comprender qué tipo de
reacción libramos en una situación difícil nos ayuda a darnos cuenta de que las
decisiones tomadas fueran las correctas o no y con eso empezar a actuar
conscientemente. Y esta es la reacción adulta y la oportunidad para actuar de
acuerdo con sus valores.
Si algo en su vida no va como le gustaría, entonces no es motivo para
enfadarse, huir o no hacer nada. Si algo en su vida no va como le gustaría es
motivo para analizar la situación y de cambiarla de ser posible.
❖
Si
le gustó el artículo, apoya al autor presionando ❤ y
suscríbase a mi blog Éxito y Balance para no perder nuevas entradas
interesantes.
Comparte
sus experiencias y opiniones en los comentarios, su opinión es importante para
mí. ¡Les deseo un hermoso día!
© Nikolai Barkov, 2023
Comentarios
Publicar un comentario