Cuando el lenguaje de las redes cura… o hiere: sobre vampiros energéticos, narcisos perversos y el dolor que nombramos

  

 



 

Hoy quiero hablar con ustedes, con calma, como si estuviéramos tomando un café con cachito o pastelito en una tarde tranquila, sentados en el balcón de una panadería, ubicada en la Avenida Santa Teresa de Jesús, diagonal a la farmacia Belladona, justo detrás del Centro San Ignacio en La Castellana, municipio Chacao en Caracas. Ustedes, que quizás hoy atraviesan momentos difíciles —económicos, emocionales, de esos en los que cada día requiere un esfuerzo extra— merecen un espacio honesto, cálido, sin juicios. Un lugar donde se pueda hablar del dolor sin dramatismo, con una sonrisa leve, como quien reconoce: sí, esto también me pasó.

 

Y hoy, quiero hablarles de algo que circula mucho en los foros, grupos de apoyo o chats: palabras como “vampiros energéticos” o “narcisos perversos”. Términos que suenan casi fantásticos, como salidos de una serie de televisión, pero que esconden heridas profundas. Palabras que, aunque nacen como herramientas, a veces se convierten en escudos demasiado pesados.

 

 

1. ¿Qué significa “narciso perverso”?

 

Primero, aclaremos: “narciso perverso” no es un diagnóstico oficial, pero es una expresión que muchas personas usan para describir una experiencia muy real: alguien que no sólo se cree el centro del mundo, sino que parece alimentarse del sufrimiento ajeno. En los foros, este término aparece cuando se habla de una pareja, un familiar o un jefe que manipula con maestría, humilla con elegancia, culpa con convicción y luego finge ser la víctima. Un ejemplo común: “Ese desgraciado hijo de su madre, me dejó por otra, pero durante meses me hizo creer que era yo quien lo había arruinado todo.”

 

Desde el punto de vista psicológico, esta figura se acerca al trastorno de personalidad narcisista (TPN) combinado con rasgos antisociales o sádicos. El psicoanalista Otto Kernberg, en sus trabajos sobre personalidades graves (1975), hablaba de “narcisismo maligno” como una forma en la que el yo está tan protegido por la grandiosidad y el desprecio que cualquier amenaza —real o imaginaria— se responde con ataques psicológicos.

 

Theodore Millon, otro referente en el estudio de los trastornos de personalidad, describe perfiles similares donde el narcisismo se mezcla con la manipulación y la falta de remordimiento.

 

Pero ojo: en la clínica no decimos “narciso perverso”. Usamos categorías más precisas, como niveles de organización de la personalidad. Y eso nos lleva al siguiente punto.

 

 

2. ¿Neurótico, límite, psicótico? ¿Qué significa esto… sin tecnicismos?

 

Imaginemos que la mente es como una casa. La forma en que está construida determina cómo resiste el viento, la lluvia, los terremotos emocionales.

 

       Nivel neurótico: la casa está bien construida. Tiene calefacción, puertas que cierran, ventanas con persianas. Puede temblar con una crisis, pero no se derrumba. La persona siente ansiedad, culpa, conflictos internos, pero mantiene contacto con la realidad, puede reflexionar: “Quizás yo también tuve parte de culpa”.

 

Tono emocional: inseguro, preocupado, pero funcional.

 

       Nivel límite (borderline): la casa tiene grietas. Las paredes se mueven, el suelo no es estable. La persona vive emociones intensas, miedo al abandono, cambios bruscos entre idealizar y demonizar al otro. La realidad se distorsiona en momentos de estrés, pero no se pierde del todo.

 

Tono emocional: caótico, desesperado, lleno de contradicciones.

 

       Nivel psicótico: la casa ya no existe como tal. Hay ruinas. La persona pierde contacto con la realidad, puede tener alucinaciones, delirios, no reconoce a los demás como sujetos independientes.

 

Tono emocional: desconectado, fragmentado, a veces hostil o ausente.

 

¿Por qué importa esto? Porque un narciso perverso con organización neurótica puede, en terapia, entender sus errores. Uno con nivel límite o psicótico probablemente no lo hará —ni siquiera ve el problema.

 

 

3. El diagnóstico no se pone mirando una foto de perfil en una red social

 

Aquí va un detalle importante: sólo un profesional capacitado puede diagnosticar. No basta con que alguien tenga una foto con traje caro y pose de conquistador para decir: “¡Es un narciso perverso!”

 

Y sin embargo, en los foros, a veces vemos esto:

 

“Mira cómo se viste, cómo habla… claramente es un narciso perverso.”

 

O peor: “Mi ex es un narciso perverso porque no me respondió al mensaje.”

 

No digo que no haya dolor real. Lo hay. Pero etiquetar a alguien sin conocerlo es como curar una herida con sal: puede parecer fuerte, pero quema.

 

Además, en la práctica clínica moderna, los diagnósticos no se basan en impresiones, sino en sistemas estandarizados. Los dos más usados son:

 

       CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades, 11ª edición), publicada por la OMS.

 

En esta clasificación, el trastorno de personalidad narcisista aparece bajo el código 6D18, dentro del grupo de trastornos de personalidad. Lo interesante de la CIE-11 es que no se centra sólo en los síntomas, sino en el nivel de funcionamiento de la personalidad (leve, moderado, grave, profundo), lo que encaja muy bien con la idea de “neurótico, límite, psicótico” que usamos en psicología dinámica.

 

       DSM-5-TR (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, versión 2022), usado principalmente en EE.UU.

 

Aquí, el trastorno de personalidad narcisista (TPN) se incluye como diagnóstico formal, con nueve criterios (se necesitan al menos cinco para el diagnóstico). Entre ellos: sentido grandioso de importancia, fantasías de éxito ilimitado, creencia de ser “especial”, falta de empatía, envidia hacia otros o creencia de que otros le envidian, explotación interpersonal, entre otros.

 

Pero atención: ni la CIE-11 ni el DSM-5-TR usan términos como “narciso perverso” o “vampiro energético”. Estos son lenguajes populares, no clínicos. Y aunque ayudan a visibilizar el sufrimiento, no sustituyen una evaluación profesional.

 

 

4. ¿Tienen empatía los narcisos? Depende… de cómo esté construida la casa

 

Aquí viene lo sorprendente: sí, algunos narcisos pueden tener empatía. Pero no siempre la usan. Un narciso neurótico puede sentir culpa, puede decir: “Sé que te hice daño, pero no sabía cómo pedir ayuda”. Tiene capacidad de reflexión. Uno límite puede mostrar empatía… cuando le conviene. Si tú sufres, tal vez lo note, pero lo usará para manipular: “¿Ves cómo me haces sufrir con tu celos?”. Uno psicótico o con organización muy primitiva no siente empatía genuina. Para él, los demás son objetos: para usar, descartar, controlar.

 

Ejemplo real: un hombre contaba que su pareja le decía: “Sé que estás triste, pero si no dejas de llorar, me iré”. Aquí hay una pizca de empatía… pero convertida en chantaje emocional.

 

Y según el DSM-5-TR, uno de los criterios clave del TPN es “falta de empatía”, entendida como la incapacidad para reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás. La CIE-11 lo expresa de forma más matizada: habla de “dificultad para comprender o responder adecuadamente a las experiencias emocionales ajenas”, lo que deja espacio a matices —por ejemplo, empatía intelectual, pero no emocional.

 

 

5. “Relaciones tóxicas”: una palabra que nació del dolor

 

El término “relaciones tóxicas” no es nuevo. Lo popularizó Susan Forward en su libro Toxic Parents (1989), donde describió cómo ciertos padres, con amor condicional, manipulación o abuso emocional, envenenan la vida de sus hijos. Hoy, el término se usa para todo: jefes, parejas, amigos. Y no está mal. Nombrar el veneno es el primer paso para alejarse de él.

 

Pero cuidado: no toda discusión es tóxica. No todo mal momento es abuso. A veces, confundimos dolor con toxicidad. Y eso nos impide crecer.

 

 

6. ¿Por qué hablamos de “vampiros energéticos”?

 

Porque el dolor necesita una metáfora. Cuando no tenemos palabras, sufrimos en silencio. Cuando las encontramos, respiramos. Llamar a alguien “vampiro energético” no es sólo describirlo. Es una forma de tomar poder. Es como decir: “Ya no soy quien se agota sin saber por qué. Ahora sé que había alguien que me chupaba la vitalidad.”

 

Pero también puede ser una trampa.

 

¿Por qué? Porque al convertir a una persona en un mito —un ser que chupa energía— la deshumanizamos. Y al hacerlo, evitamos enfrentar el dolor real. Es más fácil odiar a un “vampiro” que admitir: “Amé a alguien que no podía amarme, y duele.

 

Este lenguaje puede ser útil… al principio. Es como un vendaje. Pero si nunca lo quitamos, la herida no sana del todo.

 

 

7. La supervivencia extrema no puede ser permanente

 

Cuando salimos de una relación dolorosa, entramos en modo supervivencia: “¡Nunca más confiaré!”. “¡Todos son unos vampiros hijos de su madre!”. “¡Los narcisos perversos deberían estar en la cárcel!”. Es comprensible. Es humano.

 

Pero si nos quedamos ahí, convertimos el trauma en identidad. Dejamos de ser “alguien que sufrió” y nos volvemos “la víctima del vampiro emocional”. Y eso, con el tiempo, nos encierra más que la relación misma.

 

 

8. Renunciar a las soluciones fáciles

 

La tentación es grande: etiquetar, juzgar, simplificar. “Él es un vampiro. Yo soy víctima. Fin”. Pero la vida real no es una serie de Netflix. Las personas no son monstruos o héroes. Las relaciones no son blancas o negras.

 

El camino más difícil —pero el único que cura— es el de la complicidad emocional: entender que el otro tenía sus heridas, que nosotros también actuamos desde las nuestras, que el amor a veces se confunde con necesidad, y que sanar no es olvidar, sino integrar.

 

Para terminar…

 

No estoy aquí para quitarles las palabras que los ayudaron a sobrevivir. Si decir “vampiro energético” les dio fuerza, bienvenido sea. Si “narciso perverso” les ayudó en el momento a poner nombre al caos, lo entiendo. Pero tal vez, con el tiempo, podamos cambiar esas metáforas por algo más profundo: por una historia, no un mito. Por un proceso, no una condena.

 

Porque ustedes, en esta etapa de la vida, merecen más que consuelo rápido. Merezcan paz verdadera. La que nace no del rechazo al pasado, sino de la compasión por uno mismo.

 

Y si hoy les cuesta, está bien. Tomen otro sorbo de café. Respiren. Y recuerden: nombrar el dolor es el primer paso. Pero vivir más allá de él… es la verdadera libertad.

 

Con esto me despido,

 

Con cariño,

 

Un médico que también ha aprendido —a veces, a golpes— que las palabras curan… pero sólo si las usamos con cuidado.

 

 

MÁS SOBRE EL TEMA:

 

No es tarde, es el momento: cuando la vida empieza a sonar como tú  

 

Integración de la Metafísica China con la Psicología Moderna y el Desarrollo Personal  

 

Estrategia Personal y Qi Men Dun Jia: Construyendo un Futuro con Propósito  

 

Estrategias de Qi Men Dun Jia

 

Estructuras en Qi Men: Concepto y Tipos

 

Palacios en Qi Men Dun Jia

 

Oráculo Qi Men: ¿Le gusto o no?

 

Qi Men dun jia. Posibles cambios en la carrera en 2025

 

Tipos de cartas Qi Men Dun Jia

 

Cómo calcular la carta natal Qi Men Dun Jia

 

Características de los Espíritus, Estrellas y Puertas en Qi Men Dun Jia  

 

QIMEN DUNJIA. ORÍGENES Y TRANSMISIÓN

 

EL PROPÓSITO DEL QI MEN DUN JIA

 

Yi jing. Qi Men Dun Jia 奇门遁甲

 

Yi jing. 64 respuestas a todas las preguntas de la vida

 

Yi jing. Cuando preguntarle al Oráculo

 

Yi Jing. Pronóstico para las Elecciones presidenciales en los EEUU 2024  

 

Yi jing. He tu y Luo shu

 

Yi jing. Cómo leer el Libro de los Cambios

 

10 DEIDADES EN BAZI

 

Bazi y las emociones en la medicina tradicional china

 

Yi jing. TrigRamas del Libro de los Cambios

 

Yi jing. Libro de los Cambios como forma de materializar los pensamientos

 

HEXAGRAMAS DEL LIBRO DE LOS CAMBIOS”

 

28 MORADAS LUNARES EN LA METAFÍSICA CHINA

 

LOS PALACIOS DE JING FANG: LOS SÍMBOLOS Y ESPACIOS EN EL 'ZHOU YI'

 

ARMONÍA Y SALUD: EXPLORANDO LA TEORÍA DE LOS CINCO ELEMENTOS Y SU APLICACIÓN EN LA MEDICINA CHINA

 

ENTRE EL DÍA Y EL MES: LA DANZA DE ENERGÍAS OPORTUNAS SEGÚN EL CICLO JIAN CHU

 

LA ESTRUCTURA DEL DESTINO: OCHO TRIGRAMAS Y SEIS LÍNEAS DEL HEXAGRAMA

 

QUÉ ES LA METAFÍSICA CHINA Y CUÁLES SON SUS ALCANCES

 

LIBRO DE LOS CAMBIOS [YI JING]  CICLOS DEL TIEMPO

 

LIBRO DE LOS CAMBIOS [YI JING]  ¿QUÉ ES UNA FORMA INTELIGENTE DE PENSAR?

 

 

 

Si le gustó el artículo, apoya al autor presionando  y suscríbase a mi blog Éxito y Balance  para no perder nuevas entradas interesantes.

Comparte sus experiencias y opiniones en los comentarios, su opinión es importante para mí. ¡Les deseo un hermoso día!

© Nikolai Barkov, 2025

 

Comentarios

Entradas populares

Análisis Anual de Feng Shui 2025

CÓMO USAR BAZI PARA DETERMINAR SU POTENCIAL DE RIQUEZA

12 ETAPAS DE VIDA DE LOS PILARES BAZI

EL SECRETO DEL CALOR INTERNO: INTRODUCCIÓN A LA YOGA TUMMO

Alimentación durante la Estación Li dong o Inicio del Invierno (08.11 – 22.11)