RELACIONES CODEPENDIENTES: QUÉ SON Y CÓMO SALIR DE ELLAS
¿Qué es una
relación codependiente?
Una relación codependiente es una relación en la que
dos personas son mutuamente dependientes y subordinadas entre sí, tanto emocional,
como psicológica y físicamente. Se esfuerzan por controlar las acciones,
emociones y sentimientos de los demás, lo que les permite influir en sus vidas
de la misma manera.
Por vez primera se habló de ese tipo de relaciones cuando
se estudiaban personas que solían entablar relaciones codependientes al intentar ayudar a sus seres queridos que sufrían de adicción al alcohol o drogas. Por
un lado, estaban sumamente preocupados por el estado de otra persona, por el
otro, no tenían fuerzas para pensar en sí mismos.
Cuando uno tiene dificultades, el otro se siente culpable
y trata de solucionar esos problemas como si fueran propios. Los
codependientes pueden ser parejas románticas, amigos o familiares.
¿Son
conceptos similares codependencia y adicción?
Sí, las relaciones codependientes son, en esencia, cercanas a cualquier adicción. La
adicción es una necesidad patológica e incontrolable de
algo. Una persona dependiente no es independiente y no disfruta de la vida
sin incentivos adicionales. Su vida está completamente subordinada a lo
que le produce satisfacción. Esto podría ser alcohol, drogas, juegos de
azar, compras, etc.
Las relaciones también pueden convertirse en una especie
de adicción. Y cuando esta dependencia es mutua, entonces esas relaciones
se denominan codependientes. Las personas codependientes están convencidas
de que no pueden existir sin su pareja. Generalmente surge una paradoja:
es difícil para las personas estar juntas, pero también es insoportable para
ellas estar distanciadas.
Señales de
una relación codependiente
Por supuesto, en relaciones sanas, las personas de
una forma u otra confían en las opiniones de los demás y se esfuerzan por
ayudar a resolver los problemas. Los problemas surgen cuando comenzamos a ayudar
en contra de deseos de los demás violando los límites personales de otra
persona.
Las relaciones codependientes tienen las siguientes
particularides:
·
Desconfianza, celos y control excesivo. A menudo, estos sentimientos
se ocultan bajo la apariencia de preocupación por la pareja y el deseo de
"hacer lo mejor".
·
Miedo a expresar emociones verdaderas. "Si muestro mi
verdadero yo, me dejarán".
·
Descuidado a sus propios planes y necesidades para complacer a
otra persona.
·
Incapacidad para estar solo, sentimiento de culpa al
intentar pasar el tiempo libre sin pareja.
·
Tutela excesiva o, por el contrario, transferencia
de la responsabilidad de sus propias acciones a otra persona. "Es tu culpa que comí en exceso, no me
detuviste a tiempo".
·
El deseo de cambiar el carácter de la pareja, sus
hábitos y su visión de la vida.
·
El deseo de cambiarte a ti mismo para
complacer.
·
Ansiedad excesiva si la pareja no responde durante más tiempo
del habitual.
·
Intentos de establecer límites
personales generan conflictos.
·
Manipulación y escándalos en lugar de discusiones directas
y tranquilas.
¿Por qué las
personas entablan relaciones codependientes?
La raíz de la codependencia no es el amor, sino el miedo. Miedo a sentirse solo, miedo
de ser indigno de amor, miedo a dejar de ser interesante para una
pareja. Por regla general, es característico de quienes crecieron en
familias disfuncionales (tóxicas) o familias donde las relaciones
codependientes tenían algo en común.
·
Las personas que han sido abusadas desde la infancia o lo han
observado regularmente.
·
Cuando se ignoraron sus necesidades emocionales y se condenó y
reprimió la expresión de sentimientos y opiniones. Los niños de familias
tóxicas suelen escuchar frases dirigidas a ellos como “¿Por qué lloras como una
niña?” o “No tienes edad para discutir con tu madre”.
·
Cuando los adultos solían responsabilizar al niño por sus
sentimientos: “¡A qué me has llevado! ¡Me
duele el corazón por tu culpa!”
·
A menudo, los padres que están insatisfechos con sus vidas cuentan
a sus hijos sus problemas, al tanto de las dificultades económicas, sexuales y
familiares. Debido a esto, los propios problemas del niño parecen
insignificantes.
Estas condiciones de crianza no permiten una separación
adecuada de los padres y así los límites personales siguen siendo imprecisos. Las personas propensas
a tener relaciones codependientes no tienen su propio “yo” completamente
formado.
Tales personas no son conscientes de sus deseos y no
pueden ver dónde está la línea entre su propia personalidad y la personalidad
de otra persona. Como resultado, durante toda su vida se esfuerzan
inconscientemente por completar el proceso de formar su "yo" de una manera que es obviamente
inviable: "pegándose" a
otro.
La codependencia también puede surgir si el niño tuviera
que cuidar a un enfermo crónico. Desempeñar el papel de cuidador a una
edad temprana hace que la persona se acostumbre a descuidar sus propias
necesidades para ayudar a los demás sin recibir nada a cambio.
¿Qué es el
triángulo de Karpman?
Las relaciones codependientes se basan en el principio del
triángulo dramático de Karpman: este es un modelo a seguir en el que cada
participante toma inconscientemente una posición determinada: víctima, salvador
o perseguidor. Cada uno de estos roles tiene sus propios patrones de
reacciones ante lo que sucede en la relación.
·
La víctima se siente impotente, infravalorada, privada. Se
considera más infeliz que todos los que la rodean y se queja de la injusticia
de su situación. Y al mismo tiempo, no quiere responsabilizarse de la
solución de los problemas y de su vida en general. Está esperando a alguien
que venga a salvarla de todas las dificultades.
·
El Salvador se mete en los problemas de la Víctima y trata de sacarla de
ellos. No lo hace en absoluto por buenas intenciones, sino por el deseo de
sentirse importante y necesario. Él “ayuda” a la Víctima incluso en formas
que no le convienen, confiando en que sólo él sabe qué es lo mejor. Al
Salvador le gusta que la Víctima dependa de él. Si no interviene en los
problemas de una persona o no ayuda, se siente culpable.
·
El Perseguidor acusa a la Víctima de impotencia y critica al Salvador, sin
brindar ninguna ayuda obvia para resolver los problemas, ni siquiera
sugerencias para mejorar la situación. A los perseguidores les encanta
educar y disfrutan de ser "correctos". Oprimen y
controlan, intimidan y critican, evalúan y enseñan.
Cada rol da a los participantes una sensación de
seguridad. La víctima se siente segura sólo si permite que otros controlen
su vida. El acosador se siente seguro al lastimar a
otros. Rescatador: sintiendo su propia importancia.
Los roles en este modelo no son estáticos. Los
participantes en relaciones codependientes cambian de posición de vez en
cuando. Así, el Salvador se convertirá en Víctima si cree que sus nobles
impulsos no fueron apreciados. La víctima puede convertirse en Perseguidor
si, después de la ayuda que se le ha brindado, queda insatisfecha.
Este modelo disfuncional libera a las personas de
enfrentar la realidad. Les permite evitar una intimidad aterradora,
distanciarse el uno del otro y no hablar de sus verdaderos sentimientos.
¿Cómo
entiendo que soy codependiente?
Las personas codependientes se sienten constantemente
culpables por su comportamiento, se someten a duras autocríticas y se sienten
insatisfechas con la vida si no logran complacer a otra persona. Estas
personas tienen una mayor ansiedad. Tienen miedo de estar solos y al mismo
tiempo desconfían de las personas. Les resulta difícil sentirse cerca de
alguien. Al mismo tiempo, los codependientes necesitan la aprobación de
los demás. Sólo así ven su importancia y valor.
Están seguros de que existe un comportamiento correcto e
incorrecto, y sólo puedes amarlos si se comportan “bien”. Por miedo a ser
abandonado, a una persona codependiente le resulta difícil renunciar a lo que
no quiere hacer, incluso cuando se trata de contacto íntimo.
Incapaces de expresar abiertamente sus deseos, las
personas codependientes suelen recurrir a la manipulación. Y la falta de
comprensión de las propias emociones y necesidades a menudo resulta en
arrebatos de ira o comportamiento pasivo-agresivo. En este caso, una
persona codependiente, por regla general, niega la existencia del problema.
Consecuencias
de las relaciones codependientes
Una relación tan dolorosa tiene consecuencias emocionales
graves y duraderas, incluida la depresión. Como
regla general, cuanto más duran estas relaciones, más difícil resulta adquirir
identidad propia, reconocer deseos y establecer límites personales. Si la
codependencia no se ha resuelto, entonces, después de haber interrumpido una
relación disfuncional, es probable que una persona inicie la otra del mismo
tipo.
¿Cómo salir
de una relación codependiente?
Aprende a llevar un diario. Muchas situaciones son
más fáciles de analizar con el tiempo, cuando las emociones ya se mermaron y no
le dominan. Un diario también ayudará a identificar patrones de
comportamiento recurrentes en ambas personas supuestamente vinculadas en la
relación codependiente.
Si tiene sospecha de que se encuentra en una relación
codependiente, considere responder las siguientes preguntas:
·
¿Qué es exactamente lo que me hace quedarme con él (ella)?
·
¿Qué necesidades cubro yo de esta forma?
·
¿Cómo puedo yo satisfacerlas de una forma diferente y más
saludable?
·
¿Cuáles son mis valores en la vida y cómo mi relación se alinean
con esos valores?
Si siente que está haciendo algo en contra de su voluntad,
tome una pausa y piense en cómo se
siente ahora y en lo que realmente le gustaría. Si le resulta difícil
responder a estas preguntas, no dude en consultar a un psicólogo. Dejar una
relación adictiva no siempre significa poner fin a ella si ambos participantes
están interesados en recuperarse.
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© Nikolai Barkov, 2024
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