OCHO HECHOS SORPRENDENTES SOBRE LA FASCIA
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3
INDICIOS DE QUE UD. ESTÁ DESPERDICIANDO SU VIDA
Recientemente, las fascias han estado en el centro de atención de la
industria del fitness y son uno de los temas más candentes, discutidos
acaloradamente en varias conferencias, seminarios y publicaciones impresas.
Primero, analicemos los escritos de Thomas Myers. Su artículo publicado
en la revista IDEA Fitness Journal en abril de 2011, con el nombre Fascial
Fitness: Training in the Neuromyofascial Web (Fitness Fascial: Ejercicios para
la Red Neuro-Miofascial), ofrece a los entrenadores y entusiastas del fitness
una variedad de investigaciones científicas y opciones de ejercicio para elegir
para la red fascial. Para un estudio más detallado del tema, le recomendamos
leer el libro de Myers Trenes anatómicos publicado en 2001 (Anatomy
Trains: Myofascial Meridians for Manual and Movement Therapists), en el que el
autor ofrece un enfoque completamente nuevo sobre la estructura interna del
cuerpo, lo que condujo a un estudio en profundidad de la fascia (tejido
conectivo), así como su papel en los movimientos y funciones del cuerpo humano.
En este artículo presentamos ocho puntos clave que hay que saber sobre
las fascias y su papel en mantener el estado físico adecuado.
1.
La miofascia es una matriz tridimensional
Las fascias forman una matriz tridimensional continua que cubre todo el
cuerpo como un todo y realiza una función de soporte para nuestros
órganos, músculos, articulaciones, huesos y fibras nerviosas. Además, la
disposición multidimensional de las fascias y la variada orientación de los
meridianos fasciales nos permite movernos en diferentes direcciones (Myers
2001; Huijing 2003; Stecco 2009).
2. Fascia transmite fuerzas
¿Alguna vez has visto a un parkourista saltar de un edificio de dos
o tres pisos, esquivando y haciendo una transición suave para correr? ¿Por que
no se rompen sus articulaciones por el impacto de una caída?
La respuesta radica en el hecho de que la fuerza interna (la fuerza
muscular) y la fuerza externa (la gravedad y reacción de soporte) se transmiten
y distribuyen por todo el cuerpo principalmente a través de redes fasciales, a
menos que las fuerzas no excedan los valores permitidos. La fascia ayuda a
prevenir o minimizar la tensión local en un músculo, articulación o área ósea
en particular, y utiliza el impulso energético generado por las fuerzas debido
a sus propiedades viscoelásticas. Esto asegura la integridad del cuerpo con un
mínimo consumo de energía necesario para realizar los movimientos.
Los meridianos músculo-fasciales descritos en los Trenes anatómicos
nos dan una idea más clara de cómo la fascia amortigua la tensión y fuerza en
todo el cuerpo, dependiendo de la dirección de la fuerza aplicada (Myers 2001;
Huijing 2003; Sandercock & Maas 2009).
3. Beneficios y perjuicios de las repeticiones
De acuerdo con la Ley de Davis,
los tejidos blandos que forman la fascia pueden transformarse, e.d. volverse
más rígidos y densos, a lo largo de líneas fasciales específicas (Clark, Lucett
& Corn 2008). Esto puede traer tanto beneficios temporales como efectos
secundarios a largo plazo. Con la repetición repetida de un determinado
movimiento, el tejido blando se transforma en la dirección de este movimiento y
se vuelve más fuerte y más estable en relación con las fuerzas que actúan en
esta dirección particular. La repetición constante de los mismos movimientos
puede fortalecer la fascia a lo largo de las líneas de tensión, pero al mismo
tiempo debilitarla en otras direcciones, lo que puede provocar desgarros más frecuentes
de la fascia misma o inmovilidad de las articulaciones adyacentes cuando se
mueve en diferentes direcciones. Lo mismo se aplica a la falta de movimiento
prolongada, por ejemplo, al estar sentado o de pie durante mucho tiempo,
repetida durante días, meses y años.
4. La fascia puede auto curarse o hipertrofiarse
Un estudio de 1995 mostró que el estrés mecánico (ejercicio físico)
puede conducir a la hipertrofia de los ligamentos que forman las fascias
(Fukuyama et al. 1995). Nuevos trabajos de investigación demuestran la
capacidad del sistema fascial para curarse a sí mismo después de las rupturas.
Los datos de uno de esos estudios mostraron que algunas víctimas con desgarros
del ligamento cruzado anterior (LCA) pudieron recuperarse por completo sin
cirugía y que los ligamentos desgarrados sanaron por completo (Matias et al.
2011). El estudio adicional conduce a desarrollar nuevas técnicas de
rehabilitación, así como nuevos enfoques para el entrenamiento físico.
5. La fascia puede encogerse
Se han encontrado unos miofibroblastos en la fascia capaces de
contracciones similares a las que ocurren en el músculo liso (Schleip et al.
2005). Además, se encontraron numerosos mecanorreceptores (órganos tendinosos
de Golgi, terminaciones de Ruffini, cuerpos de Pacini) en la matriz fascial.
Estos receptores también participan en las contracciones de la fascia similares
a las del músculo liso y ayudan a comunicarse con el sistema nervioso central
(Myers 2011). Existe la suposición de que las contracciones de la fascia
proporcionan equilibrio y gasto de energía uniforme. Se necesitan más
investigaciones para comprender cómo se coordinan las contracciones de la
fascia y los músculos, cómo estas contracciones afectan el movimiento del
cuerpo como un todo y qué importancia tienen estos para mantener
adecuado estado físico.
6. La fascia puede actuar independientemente del sistema nervioso
central
Debido a la acción de la gravedad, las fascias se encuentran siempre en
el estado de tensión permanente. Este estado pasivo de pretensión se ha
denominado el tono miofascial en reposo (human
resting myofascial tone), para cuya descripción Myers utiliza el
principio de tensegridad (Alfonse et al. 2010; Myers 2001). El tono
músculo-fascial en reposo es el elemento estabilizador que mantiene nuestro
cuerpo en una posición determinada y nos permite realizar diversos movimientos,
como, por ejemplo, subir y bajar de un coche, de forma automática, sin pensar
en ello.
Debido a que el tejido conectivo contiene 10 veces más propioceptores
que el músculo (Myers 2011), la matriz fascial nos ayuda a responder a nuestro
entorno más rápido que nuestra conciencia ya sea que tropecemos con un escalón,
respondamos a las acciones de un jugador de baloncesto del equipo contrario o
retiremos la mano lejos del horno caliente.
Además, debido a esta pretensión, no estamos tan cansados y no sobrecargamos la
fascia, manteniendo la posición del cuerpo, que si nuestros músculos estuvieran
constantemente contrayéndose y gastando energía.
7. El estado de la fascia depende del estado de ánimo
En su libro Telaraña Infinita:
Anatomía Fascial y Realidad Física (The Endless Web: Fascial Anatomy and
Physical Reality) (North Atlantic 1996), R. Louis Schultz y Rosemary Do Feitis
analizan cómo se almacenan nuestras emociones en el cuerpo, incluido el tejido
conectivo. De eso, desde hace tiempo ya hablaba la medicina china.
“La respuesta física a las emociones viaja a través de los tejidos
blandos”, escriben los autores. “Fascia es el cuerpo emocional. En teoría, los
sentimientos se perciben en todo el cuerpo, porque las emociones se transmiten a
través de la red fascial. Luego reconocemos la sensación fisiológica como la
ira, ternura, amor, interés, etc. Es posible que actualmente usted no pueda
enderezar y estirar el cuello porque fue ofendido y acosado cuando era niño. El
trabajo físico en si solo podría provocar parcialmente el problema. No debemos
olvidar que el motivo principal puede estar en las emociones.
Tal idea brinda a los entrenadores la clave para una comprensión
holística de la posición y movimiento del cuerpo, no solo desde un punto de
vista físico, sino también desde un punto de vista emocional y psicológico. Las
fascias pueden volverse más rígidas y menos elásticas si la persona está
deprimida, ansiosa o temerosa (Shultz & Feitis 1996; Lowe 1989). Esto es
fácil de observar cuando una persona viene a hacer ejercicio en un spa después
de un día emocionalmente demandante. El estado de ánimo afecta
significativamente la postura, movimiento y propiocepción. Es probable que a
través de la red fascial, el buen humor también pueda mejorar la condición
física.
8. Con la ayuda de las fascias, puedes entrenar el cuerpo como un todo
Como sabemos de la obra de Myers, el tejido conectivo no solo actúa como
una cubierta para los músculos, huesos y órganos, sino que también atraviesa a
muchas capas (Myers 2001). Tal conexión une nuestros movimientos y funciones en
un todo único. Tanto los deportistas como aquellos que simplemente
quieren mejorar su forma física deben saber lo importante que es incluir en sus
entrenamientos los ejercicios complejos para todo el cuerpo. La clave para
comprender este aspecto radica en entender el principio de funcionamiento de la
red fascial.
Cuanto más aprendemos sobre el tejido conectivo, mas nos damos cuenta de
su relación con otros sistemas del cuerpo como, por ejemplo, el sistemas
muscular, nervioso, esquelético etc. con lo que obtenemos una comprensión más
profunda del movimiento del cuerpo humano y las capacidades de nuestro cuerpo
como un todo. Al aplicar el conocimiento de las líneas miofasciales en
los ejercicios, uno puede mitigar efectivamente la fuerza del impacto, ahorrar
los gastos de energía y desarrollar resistencia, mientras aumenta la movilidad
y fuerza en todas las articulaciones. Entrenar todo el cuerpo en tres
dimensiones en lugar de ejercitar partes individuales del cuerpo de forma
aislada puede ser el eslabón perdido en los programas de entrenamiento para
quienes desean mantener o mejorar la integridad de su cuerpo.
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© Nikolai Barkov, 2023
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