Dos grandes sistemas de Feng Shui

Existen dos grandes sistemas de Feng Shui: San he (Tres Armonías) y San yuan (Tres Periodos).

San he es un sistema global diseñado para el florecimiento prolongado en un mismo lugar. Si se encuentra una ubicación adecuada y se aplican correctamente sus principios, se puede lograr prosperidad a largo plazo.

Por otro lado, San yuan es un sistema más flexible que permite adaptarse a diferentes situaciones. Ayuda a generar prosperidad temporal incluso en lugares no ideales, ofreciendo la posibilidad de trasladarse a nuevas propiedades para seguir manteniendo el éxito.

Feng Shui Imperial

El Feng Shui Imperial es una parte fundamental del sistema San he. Se podría decir que es una versión avanzada de este, enfocada en la prosperidad a gran escala y a lo largo de siglos. Su aplicación está relacionada con la planificación de ciudades y la identificación de zonas prósperas dentro de ellas.

Encontrar un lugar perfecto para la riqueza duradera no es fácil. Este tipo de Feng Shui está diseñado para personas con grandes recursos económicos, pues las ubicaciones ideales suelen ser extremadamente costosas. Ciudades como Lausana, la Costa Azul o San Francisco son ejemplos de lugares con una energía favorable para el crecimiento y la estabilidad financiera.

Sin embargo, incluso en los mejores sitios, cada 40 o 60 años es necesario renovar y revitalizar los espacios para mantener el flujo de energía positiva. Si una zona deja de recibir mejoras, su prosperidad se desvanece y la riqueza se traslada a otro lugar.

Feng Shui Urbano y la Elección de un Buen Lugar

Si no tienes conocimientos de Feng Shui Imperial, una buena estrategia es elegir un barrio donde tradicionalmente han vivido personas ricas durante generaciones. No basta con fijarse en zonas donde actualmente residen personas adineradas, pues en algunos casos estas áreas pueden perder su prosperidad con el tiempo.

Un buen ejemplo de eso es la propia ciudad Caracas. Las áreas habitadas por la gente rica en Caracas, Venezuela, han cambiado significativamente a lo largo de la historia, reflejando transformaciones sociales y económicas. En sus inicios, la aristocracia caraqueña se estableció alrededor de la Plaza Bolívar, el corazón histórico de la ciudad. Ahí vivía el general Arismendi, un destacado personaje de su época. Su hogar, que fue un símbolo de opulencia, se convirtió en la época del siglo XX en una escuela de música. Lo irónico es que hoy en día, este lugar no cuente con los recursos necesarios para su restauración, reflejando la decadencia de una era dorada (siglo XIX).

Con el tiempo, la clase alta caraceña comenzó a trasladarse a zonas más exclusivas, como El Paraíso (principio y mediados del siglo XX). Este barrio ofrecía un ambiente más tranquilo y espaciosos terrenos planos, ideales para la construcción de lujosas residencias. La migración hacia El Paraíso marcó el inicio de un cambio en la dinámica de la vida caraqueña.

A medida que la ciudad crecía, la élite se movió hacia el Este de Caracas, buscando áreas aún más exclusivas. Urbanizaciones como Altamira, La Castellana y Country Club se convirtieron en los nuevos epicentros de la opulencia (década de 1970). Estas zonas no sólo ofrecían casas de gran tamaño, sino también servicios y comodidades que atraían a la alta sociedad.

Con el tiempo, cuando el desarrollo en Country Club llegó a su límite, la elite caraqueña comenzó a establecerse en lugares como el Hotel Tamanaco y Valle Arriba (década de 1980). Estos espacios no representaban un nuevo símbolo de estatus y exclusividad.

En la actualidad, algunos de los barrios donde viven los ricos en Caracas incluyen La Lagunita, Los Palos Grandes, El Hatillo y por supuesto Country Club que continúan siendo sinónimos de lujo y exclusividad. Estas son las áreas que hay que buscar, aunque la compra de propiedades en ellas puede ser extremadamente costosa.

No hay que confundir estos lugares con zonas de lujo en las que los ricos o clase media llegan con dinero, pero lo pierden al cabo de unos años, como Petare, San Martín, San Agustín y la Cota 905 en Caracas. No todo lo que brilla es oro.

Las ubicaciones verdaderamente prósperas cuentan con elementos naturales poderosos como montañas, ríos, mares o lagos, que canalizan la energía de manera favorable. Sin embargo, incluso en sitios con menor energía, si se conocen bien los principios de San he, es posible encontrar enclaves prósperos y establecerse en ellos por largos periodos.

Feng Shui San yuan: Prosperidad Temporal

¿Qué pasa si aún no puedes permitirte una propiedad en un lugar privilegiado? En este caso, se pueden aplicar otros niveles de Feng Shui.

El sistema San yuan es útil para la clase media y puede ser beneficioso incluso para quienes buscan aumentar su riqueza de manera estratégica. Su enfoque está diseñado para atraer la suerte en ciclos de aproximadamente 20 años.

Si se aplican bien sus principios, se puede disfrutar de prosperidad durante este periodo, pero será necesario realizar cambios y ajustes para mantener la buena fortuna. La clave de San yuan es la correcta orientación del hogar en relación con el entorno, como ríos, intersecciones, centros comerciales y accesos al metro.

Si la única estrategia de Feng Shui se basa en los cálculos de San yuan sin una buena ubicación natural, la prosperidad durará entre 7 y 8 años. Luego será necesario hacer reformas para conservar el nivel de vida y, tras tres ciclos de remodelación, habrá que mudarse o realizar una transformación profunda del inmueble para alinearlo con las nuevas energías del tiempo.

Energías Anuales y Adaptación

Todos los sistemas de Feng Shui incluyen el concepto de energías anuales, que actúan como atajos para crear oportunidades o, en el peor de los casos, generar dificultades.

Si no se tiene un Feng Shui sólido basado en San he o San yuan, se puede intentar adaptarse a las energías anuales para aprovechar las oportunidades o evitar problemas. En este nivel, si las circunstancias son favorables, es posible obtener prosperidad por unos tres años antes de mudarse a otro sitio.

Cuando los niveles de Feng Shui son buenos, las energías anuales tienen un impacto mínimo, solo agregando pequeñas mejoras o ligeras dificultades. Sin embargo, cuando la base no es estable, estas energías pueden marcar una gran diferencia y requerir ajustes constantes en la vivienda, como mover muebles, cambiar de habitación o incluso alquilar otro apartamento si la energía negativa del año es demasiado fuerte en el hogar actual.

Estabilidad que resiste cambios

El Feng Shui bien aplicado permite mantener la estabilidad sin importar los cambios anuales. En un hogar diseñado bajo principios sólidos, las estrellas benéficas en las puertas y habitaciones protegen de cualquier energía negativa pasajera.

Si la casa tiene un flujo energético equilibrado con Yin y Yang puros, podrá resistir las fluctuaciones temporales sin problemas. En cambio, si el Feng Shui del lugar no es ideal, será necesario realizar ajustes frecuentes o buscar apoyo en estrategias complementarias.

Las malas energías no actúan de manera constante, sino que se activan en momentos específicos cuando se combinan con otros factores. En esos casos, es recomendable alejarse de la influencia negativa o buscar formas de contrarrestarla.

Si las energías anuales no son favorables, eso no significa necesariamente que el año será malo. Un buen Feng Shui general puede sostener el bienestar a pesar de las dificultades. Sin embargo, siempre es útil conocer las tendencias del año para anticiparse y actuar en consecuencia.

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