Sintonizando con nuestros biorritmos naturales para mejorar la calidad de vida
Ciclos naturales y biorritmos humanos
¿Ha notado cambios en sus actividades
emocionales, físicas, intelectuales, creativas, sociales, etc.? Que aparecen y
se van sin motivo aparente. En un instante, uno se siente como un unicornio
enamorado, y un rato después ya es peor que un pez desecho. Queriendo explicar
y a menudo justificar, alguien asiente al Mercurio retrógrado, alguien al karma
o a la filosofa sobre el cambio constante de las rayas blancas y negras que asemejan
el rayado de una zebra, y alguien como un surfista se resigna a las olas, pero
no a olas del océano, sino a las ondas sinusoidales, cuya ilustración exagerada
se pasea por Internet, mientras que los puntos de sus picos me hacen sentir
como un Genio del Mundo Mundial, y en los puntos de valores mínimos soy un
triste fracasado Don Nadie.
Esa situación no es nada nueva. Tal
ciclicidad despertó mentes observadoras en la Antigua Grecia, o incluso antes,
pero los estudios serios no comenzaron hasta el siglo XIX. Los científicos
investigaron que durante la evolución de los seres humanos, los animales y las
plantas se fijaron procesos repetitivos genéticamente favorables para el
organismo. Estos se combinaron en el término general de ritmos biológicos.
Los latidos del corazón y la
respiración, la alternancia del sueño y la vigilia, las fluctuaciones diarias
de la temperatura corporal y la tensión arterial, los ciclos menstruales
mensuales en las mujeres y los picos matutinos diarios de liberación de
testosterona en los hombres, todos son los biorritmos.
Según los expertos en cronobiología y
cronomedicina, si una persona conoce
mejor su reloj interior y sigue sus instrucciones, su salud será más fuerte, su
humor mejorará y su trabajo será más productivo. Y las fluctuaciones antes
mencionadas no serán tan extremas.
El sol es el maestro relojero de nuestro
cuerpo
Esa frase encapsula una verdad
fundamental sobre los biorritmos humanos y su relación con el sol. El ciclo circadiano,
que controla prácticamente todas las funciones fisiológicas desde los patrones
de sueño hasta la regulación hormonal y el metabolismo, está profundamente
sincronizado con la luz solar.
El sol como regulador de los ciclos circadianos
Nuestro "reloj biológico"
interno, localizado en el hipotálamo específicamente en el núcleo
supraquiasmático, recibe directamente señales de luz a través de los ojos. La
luz solar juega un papel crucial al indicar cuándo es el momento de estar
activos y cuándo es tiempo de descansar. Durante el día, la luz solar aumenta
la producción de hormonas como la serotonina, que nos ayuda a sentirnos alerta
y vigorizados. A medida que cae la noche y la exposición a la luz disminuye,
nuestro cuerpo incrementa la producción de melatonina, preparándonos para el
sueño.
La influencia del sol en la salud general
El sol no solo ajusta nuestro reloj
interno, sino que también afecta directamente nuestra salud en múltiples
maneras. La exposición adecuada al sol contribuye a la síntesis de vitamina D,
esencial para la salud ósea, la función inmune y la reducción del riesgo de
varias enfermedades crónicas. Sin embargo, la exposición excesiva puede llevar
a efectos adversos, como el daño a la piel y el aumento del riesgo de cáncer de
piel.
Los científicos identifican dos
biorritmos principales con los que deberíamos armonizarnos en la medida de lo
posible: el estacional y el circadiano. Ambos nos los dicta el sol.
También existe la teoría de los tres ritmos, cada uno de los cuales dura aproximadamente
un mes, pero hablaremos de ellos más adelante.
▶
Estacional. Relacionado con el cambio de estaciones y las
condiciones meteorológicas que conllevan. Por ejemplo, cuando disminuyen las
horas de luz, disminuye la producción de serotonina, responsable del buen
humor. Pero aumenta la producción de melatonina, responsable también de nuestro
sueño. Por lo tanto, el abatimiento y la somnolencia de otoño e invierno son
normales (por supuesto, con moderación) y no es necesario forzar el organismo
con fármacos. El mejor remedio será un sueño completo, paseos diurnos,
ejercicio moderado y una ensalada de frutos secos, plátanos, piñas, dátiles.
▶
Circadiano. Relacionado con el cambio del día y la noche. Es
bastante estudiado a fondo, y sobre la base de la activación de ciertas
hormonas y órganos hechos esquemas horarios aproximados, cómo planificar la
rutina diaria. Aquí no los citamos, porque el trabajo del reloj interno depende
de muchos parámetros y guiarse por esquemas generalizados es erróneo.
Enumeremos sólo la secuencia:
▶
Después
del amanecer: despertarse, vaciar los intestinos, quizás ejercicio ligero o
footing (pero no ejercicio pesado), actividad intelectual, almuerzo, descanso
ligero/siesta del día,
▶
Por
la tarde: ejercicio intenso, actividad intelectual, cena, trabajo mental
(incluido el entretenimiento) es de nuevo favorable, y al anochecer, dormir.
Teoría de los tres ritmos
Conocí estas interesantes matemáticas aún
en la facultad de medicina, cuando con otros estudiantes escondidos de nuestros
profesores dibujábamos las ondas sinusoidales de nuestros altibajos físicos,
emocionales e intelectuales. Cada una de ellas tenía un periodo de 23, 28 y 33
días respectivamente. La fecha de nacimiento se tomaba como punto de partida en
el eje de coordenadas, a partir del cual el gráfico subía uniformemente y, una
vez alcanzado el pico, descendía hasta el valor mínimo, y de ahí volvía a subir
y así sucesivamente. Las instrucciones decían que cuanto más alto es el valor,
más favorable era la actividad correspondiente y viceversa.
Años después, el cálculo de estos ciclos
no ha desaparecido, sino que se ha trasladado a un formato digital y ahora no
es necesario arraigarse con una calculadora y un lápiz, pues todo lo calculará
y dibujará el programa online. Y si ahora fuera otra vez el estudiante de
medicina, probablemente estaría contento.
El caso es que el fundamento de este
gráfico es la llamada teoría de los tres
ritmos. Y tenemos que resaltar la palabra teoría. Poner énfasis sobre ella. Se considera que sus fundadores
eran especialistas que trabajaban independientemente unos de otros, pero cada
uno en el curso de su actividad profesional observó cierta ciclicidad en los
estados de las personas con las que trabajaba.
▶
En
1897, el médico Wilhelm Fliess publicó un artículo en el que, basándose en
observaciones de pacientes, sugería la existencia de un ritmo físico de 23 días
y un ritmo emocional de 28 días. También compartía la suposición de que se
desencadenan en una persona desde el momento del nacimiento y, por tanto,
basándose en esta fecha es posible predecir los periodos psicosomáticos de
crisis.
▶
El
psicoanalista Herman Svoboda llegó a conclusiones similares ese mismo año.
Observó que la manifestación de las emociones de sus pacientes fluctúa con cierta
periodicidad. Así, identificó un ciclo de 28 días, denominándolo ciclo
femenino, ya que a él se subordinan la sensualidad, la emocionalidad y la
intuición. Continuando sus investigaciones en este sentido, el médico también
señaló un ciclo masculino de 23 días, con tal periodicidad, los pupilos
mostraban mayor coraje, voluntad, fuerza física.
▶
El
profesor Friedrich Telcher, realizó investigaciones en 1928 con alumnos.
Conocía los supuestos anteriores y comenzó su experimento para desmentirlos,
pero en su lugar encontró otro ritmo, la duración de 33 días intelectual.
Por muy bellos que sean estos datos, hay
otra cara de la moneda. Los intentos posteriores de confirmar la teoría de la
pulsación de nuestras actividades básicas no han tenido éxito. Más concretamente,
los experimentos han demostrado que sí, efectivamente, existen fluctuaciones.
Sin embargo, que son tan diferentes en las distintas personas, a distintas
edades, con distintos estilos de vida y condiciones de salud, que es inútil e
incluso perjudicial centrarse en la media propuesta de 23/28/33!
La teoría de los biorritmos
La teoría de los biorritmos, también
conocida como la teoría de los tres ritmos, sugiere que los tres ciclos
biológicos distintos afectan el comportamiento humano en diferentes maneras.
Estos ciclos son representados comúnmente como ondas sinusoidales, y cada uno
de ellos tiene un período específico:
▶
Ciclo físico:
Dura 23 días y afecta la fuerza física,
la salud, y el bienestar general del cuerpo. Durante la fase positiva del
ciclo, se dice que las personas experimentan mayor resistencia física y
energía, mientras que durante la fase negativa, pueden sentirse más débiles y
menos energéticos.
▶
Ciclo emocional:
Dura 28 días, alineándose con el ciclo
lunar, y se supone que influye en el estado emocional, la estabilidad y la
creatividad. Cuando el ciclo está en su fase positiva, las emociones pueden ser
más estables y las personas pueden sentirse más optimistas. En la fase
negativa, pueden surgir inestabilidades emocionales y un aumento en la
susceptibilidad a los estados de ánimo negativos.
▶
Ciclo intelectual:
Con una duración de 33 días, este ciclo
está relacionado con las funciones cognitivas, el razonamiento, la memoria, y
la comunicación. En su fase positiva, se cree que mejora las capacidades
intelectuales, mientras que en la negativa, puede dificultar la toma de
decisiones y la claridad mental.
Cálculo de las ondas sinusoidales del biorritmo
según la fecha de nacimiento
Para calcular estas ondas, la teoría de
los biorritmos utiliza la fecha de nacimiento de una persona como punto de
inicio. Según esta teoría, cada día de vida de una persona se puede calcular
mediante una fórmula matemática para determinar la posición en cada uno de
estos ciclos. La fórmula para cada uno de los ciclos es una variación de la
fórmula de la onda sinusoidal:
B(t)=sin(2πt/ T),
donde:
- B(t) es la fase del biorritmo en un día
específico t
(días después de la fecha de nacimiento).
- T es
la duración del ciclo (23 para el físico, 28 para el emocional, y 33 para
el intelectual).
Escepticismo científico
A pesar de su popularidad en ciertos
círculos, es crucial entender que la teoría de los biorritmos y el cálculo de
estas ondas a partir de la fecha de nacimiento no tienen respaldo científico.
Estudios realizados no han encontrado evidencia concluyente de que estos ciclos
afecten de manera predecible el comportamiento o las capacidades humanas. En
realidad, los factores que influyen en nuestro rendimiento y estado emocional
son mucho más complejos y no se pueden reducir a simples cálculos matemáticos
basados en la fecha de nacimiento.
En conclusión, mientras que la idea de
biorritmos puede ser intrigante y ofrecer una manera estructurada de pensar
sobre nuestras fluctuaciones en energía y capacidad, es importante abordarla
con un entendimiento claro de su naturaleza no científica y del contexto en que
fue desarrollada.
Cómo percibir y ajustarse a los propios
biorritmos
Para sintonizar con nuestros biorritmos,
es fundamental observar y registrar cómo se siente nuestro cuerpo y mente a lo
largo del día, la semana o el año. Esto puede incluir llevar un diario de
sueño, alimentación, ejercicio y emociones. Reconocer los patrones y entender
cómo respondemos a diferentes estímulos y en distintos momentos puede ayudarnos
a hacer ajustes en nuestros hábitos y entornos para alinearnos mejor con
nuestros ritmos naturales. Conocer y entender nuestros biorritmos no solo puede
mejorar nuestra salud y bienestar, sino también aumentar nuestra eficiencia en
actividades diarias, ayudando a vivir una vida más plena y saludable.
Consejos para sincronizar mejor nuestro reloj
biológico con el sol
▶
Exposición a la luz natural:
Intenta exponerte a la luz solar por la
mañana poco después de despertarte. Esto puede ayudar a "reiniciar" tu reloj circadiano,
mejorando tu alerta y estado de ánimo durante el día.
▶
Regularidad en los horarios:
Mantener horarios consistentes de sueño
y vigilia, incluso los fines de semana, puede fortalecer la sincronización de
tu ciclo circadiano con el entorno natural.
▶
Limitar la exposición a la luz
artificial por la noche:
Reducir la exposición a la luz azul de
dispositivos electrónicos antes de dormir puede ayudar a promover una
producción adecuada de melatonina,
facilitando un sueño reparador.
Al entender y respetar la forma en que
el sol influye en nuestros ritmos biológicos, podemos optimizar nuestra salud y
bienestar general. En este sentido, el sol no es solo una fuente de luz y
calor, sino un verdadero maestro relojero que organiza y sincroniza la
maquinaria compleja de nuestros cuerpos.
La práctica hace al maestro
No hay nada sorprendente en el hecho de
que la sinusoide de los biorritmos esté muy solicitada. La gente siempre quiere
adelantarse un poco, mirar hacia el futuro, saber dónde se puede caer para
estar preparada, para sentirse de puntual en la resolución de problemas. Pero sentirse
puntual no es algo más rápido que el paso del tiempo, sino es algo oportuno. Piensa
en lo que le pasa a una mariposa si abres su crisálida antes de tiempo.
Céntrate en ti mismo, no en las predicciones
Cuando dirigimos nuestra atención
exclusivamente al futuro, aumentamos el nivel de ansiedad y perdemos el valor
del momento presente. Nos centramos en el mundo exterior y perdemos el valor de
nosotros mismos, como si nos olvidáramos de nuestro mundo interior. Mantén el
equilibrio entre lo interior y lo exterior. Mantén balance.
Además, la naturaleza humana es tal que
a menudo sucumbimos a la programación predictiva, incluso los escépticos son
susceptibles a ella. Es decir, cuando una persona escucha o lee una predicción
del futuro, inconscientemente se sintoniza con lo que dice. Ya escribimos
anteriormente que en cualquier predicción existen dos partes: la parte mental,
cuando la futura situación apenas está madurando dentro de nosotros y la
situación cuando el futuro ya se materializa en personas, circunstancias y
objetos. En la primera situación, cualquier pronóstico negativo puede ser
mejorado a través de una estrategia bien aplicada. Cuando lo interno ya se
materializó, la amplitud de posibles acciones se reduce drásticamente y lo que
nos queda es poco y prácticamente debemos ir detrás de la situación.
Pero son sutilezas para la mayoría de la
gente simplemente desconocida y que por ende siempre viven en el lado de lo
materializado ya. Y es ahí, como suele decirse, aquello por lo que luchamos, lo
conseguimos: aprendemos, como si se avecinara un mal día y todo saldría mal. O
puede que incluso el día no sea malo, pero sus acontecimientos se perciben
subjetivamente de forma negativa. Nos contagiamos de las emociones impuestas
por las circunstancias y debemos reaccionar a ellas ya que el momento de
influenciar sobre ellas ya lo hemos pasado inadvertidamente. Y la cuestión no
es que los astros no se hayan alineado (aunque esto no está excluido), sino que
a menudo el problema está en el estado de ánimo interno y en la visión sesgada
de los acontecimientos. El mundo circundante es diverso, pero la conciencia
escoge de él aquello hacia lo que la predicción ya se ha orientado.
Por lo tanto, no te aconsejo que confíes
en los recursos de terceros cuando se trata de pronosticar, sobre todo porque a
menudo amortiguan la voz interior y te alejan del estado de ánimo hacia tus
propios sentimientos.
¿Qué le aconsejo? Aprende a escuchar las
señales de tu cuerpo, que luego son procesadas por el cerebro y dadas en forma
de soluciones. La forma más sencilla es la técnica del Anillo de Omura aunque existen otros tantos más. Confía en tu
mente, en tu cuerpo, en tu intuición. Sin embargo, para ello, primero debes
aprender a distinguir tu propia voz de esa radio externa (que son nuestros padres,
políticos, vendedores y otros líderes de opinión), que nos obliga a
conformarnos, moldeando nuestras necesidades, y nuestra visión del mundo a los
deseos que se nos imponen.
Hay muchas maneras de aprender a
escucharse a uno mismo, sentir los propios biorritmos y armonizarse con el
reloj interno. Por ejemplo, la práctica del yoga, Qi Gong, o cualquier otra
práctica corporal, meditación, vipassana y otras prácticas espirituales, art terapia,
atención plena, llevar un diario, interactuar frecuente con los animales,
delfines y/o pájaros etc.
▶
Intente vivir sin reloj, sin mirar la
hora. Es recomendable
pasar una o dos semanas en este modo. Sí, es más accesible para los autónomos,
los parados (las mamás de baja por maternidad no cuentan) o los que están de
vacaciones, pero si no tienes una semana, practícalo al menos durante 1-2 días.
o
Opción light. Pasa tus días como te sientas, sin obsesionarte
con nada (ni siquiera con el horario de verano) e intenta apartar el reloj de
tu vista y oído todo lo posible. Despierte cuando sienta que ha dormido, coma
cuando tenga hambre, quiera hacer un trabajo creativo, hágalo, sienta la
necesidad de hacer ejercicio - entrénese, venga la somnolencia acuéstese a
dormir y así sucesivamente.
o
Opción difícil. Para todo lo anterior, debes llevar
una estadística: anota los momentos clave, por ejemplo, levantarte y dormirte,
las comidas, los cambios de humor, el bienestar y otras cosas que consideres
importantes para ti. Elige una herramienta de diario que te permita no ver la
hora cuando la apuntas, pero sí identificarla cuando hayas terminado. Lo más
sencillo es una grabadora de voz o de vídeo en un smartphone, ya que la fecha y
la hora se registran automáticamente y sólo pueden reconocerse mirando las
propiedades de los archivos.
o
Opción más difícil. Este método es la terapia silenciosa
de Morita. Su autor es Shoma Morita, médico-psiquiatra
japonés. Fue jefe del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Médica Jikeikai
de Tokio a principios del siglo XX. Morita se especializó en el tratamiento de
las neurosis. Pero los métodos de tratamiento existentes no le satisfacían y
trabajó para crear un método más eficaz. El resultado de este trabajo fue un
nuevo sistema de tratamiento basado en la filosofía Zen.
▶
Crea una tabla y rellénala regularmente. En las celdas de la primera columna,
escribe las fechas. En las celdas de la primera fila, escribe los indicadores
que sean importantes para ti (pueden ser los estados físicos, emocionales,
intelectuales y cualquier otro). Cada noche, en la medida de lo posible, tómate
entre 5 y 10 minutos para analizar tus estados durante el día, evalúalos y
escribe la evaluación en la tabla. Puedes elegir tu propia escala, ya sea de 5,
10 o 100 puntos, o una carita sonriente, o una simple descripción verbal. ¿Cuál
es el objetivo? En primer lugar, desarrollarás una sensibilidad hacia tu
cuerpo, el hábito de escucharte y reconocer tu estado es lo principal. En
segundo lugar, al cabo de unos meses, sobre la base de la tabla, dibuje un
gráfico: cuándo hubo altibajos en los parámetros seleccionados, si tienen una
periodicidad.
Por último, me gustaría desearte,
querido lector, que encuentres un tiempo para conocerte a ti mismo, para
encontrar la armonía y para hacer que tu reloj interno marche al unísono con
los ritmos de la naturaleza. Aquel que no para de caminar, llegará hasta el
final del camino.
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