Acción clave

  

 



 

Cálcula cuántos puntos de los que están presentes a continuación tienen que ver con tu vida, cuántos están presentes en tu vida, cuántos son los puntos sobre tu forma de pensar:

 

       Me parece que me muevo muy lentamente. Iría más rápido si hiciera esas acciones que no hice.

       No me gusta mi trabajo, estoy cansado de hacerlo. Hay un montón de trabajo, pero no me entusiasma.

       Estoy seguro de que cuando empiece a ganar más dinero, mi vida será mucho mejor.

       Empiezo diferentes actividades, pero rápidamente me aburro, no las llevo a cabo y retrocedo.

       En el dinero, o no he crecido desde hace tiempo, o crezco, pero es sumamente difícil.

       No tengo días libres. Y cuando los tengo, simplemente me quedo acostado viendo películas.

       Siento que no estoy realizando mi potencial. Parezco más bien a un tractor que está parado y que no se utiliza.

       A menudo tengo la sensación de que soy de alguna manera incorrecto(a). Si tan solo me volviera más ...

       Constantemente me obligo a hacer lo que necesito hacer.

       No tengo un objetivo por el cual quisiera esforzarme.

       Solo trabajo cuando siento que se me están acabando los fondos. Luego gano y todo vuelve a empezar.

 

¿Cuántos contaste?

 

Si son más de 3, llama a la policía, porque ha ocurrido un asesinato... ¡un asesinato brutal de la alegría en tu vida! Y si esto continúa, el asesinato será en serie.

 

Te advierto, que ahora voy a asustarte.

 

Ya he visto esto más de una vez, así que observa cómo va todo según el guión.

 

Primero intentarás obligarte a hacer lo que debes porque parece que da algún resultado. Sí, esto consume mucha energía, pero te parece tolerable porque aún tienes algunos residuos de la energía.

 

A medida que la energía merma, la situación se volverá cada vez más difícil. Comenzarás a ser aún más perezoso, las acciones realmente efectivas serán cada vez menos, y habrá más prisa y vendrán acciones innecesarias.

 

¿Y sabes en qué te afectará todo esto?

 

Correcto, en el dinero en tu bolsillo (ya habrá menos).

 

Y aquí tú ves sólo 2 caminos:

 

       si tienes fuerzas, las reúnes y de alguna manera te las arreglas una vez más.

 

       pero si no tienes fuerzas para hacer nada, entonces te diriges a un psicólogo, él dice que tienes depresión y te envía a un psiquiatra para que te prescriba pastillas.

 

Como consecuencia, ahí estás, sentado con deudas de negocio, préstamos agotados, tu esposa te mira de reojo, y tú así (suena la música de pánico de las películas de Hitchcock).

 

Como ya lo escribí en múltiples oportunidades, disfrutar es una habilidad, no es una consecuencia de dinero/genética genial o de lo que sea.

 

 

1. Motivación

 

La motivación es un tema que ha sido explorado por diversos autores a lo largo de la historia, cada uno aportando su perspectiva única. Entre los más destacados se encuentran:

 

       Abraham Maslow, conocido por su “Jerarquía de Necesidades”, que establece cómo las necesidades humanas influyen en la motivación.

       Frederick Herzberg, quien desarrolló la teoría de los dos factores, diferenciando entre factores motivadores y factores de higiene.

       Daniel Pink, autor de “Drive”, que argumenta que la motivación intrínseca es más efectiva que la extrínseca.

       Victor Vroom, conocido por su Teoría de la Expectativa, que relaciona la motivación con las expectativas de éxito.

       Albert Bandura, con su concepto de autoeficacia, que resalta la importancia de la confianza en uno mismo para alcanzar metas.

 

Estos autores han sentado las bases para comprender la motivación humana y su impacto en el rendimiento personal y profesional. A partir de esta breve enumeración teórica, te presento a continuación un esquema práctico que puedes aplicar en tu vida.

 

 

2. Cómo hacer menos y ganar más

 

Hacer menos y ganar más implica simplificar tu vida y enfocarte en lo que realmente importa, eliminando lo superfluo que obstaculiza tu progreso.

 

Aquí te dejo algunas estrategias para lograrlo:

 

       Primero, realiza un inventario de tus actividades y responsabilidades. Anota todo lo que haces en un día típico y evalúa qué tareas son realmente esenciales para tus objetivos. Pregúntate cuáles de estas actividades contribuyen a tu crecimiento y cuáles son simplemente distracciones.

 

       A continuación, prioriza tus tareas. Utiliza una matriz de prioridades para clasificar tus actividades en función de su importancia y urgencia. Concéntrate en las tareas que tienen un impacto significativo en tus metas y aprende a decir “no” a lo que no es esencial.

 

       Considera la regla del 80/20, también conocida como el principio de Pareto. Este principio sugiere que el 20% de tus esfuerzos genera el 80% de tus resultados. Identifica cuáles son esas acciones clave que producen los mejores resultados y enfócate en ellas.

 

       Elimina o delega tareas que no aporten valor. Si hay actividades que consumen tiempo sin ofrecer un retorno significativo, considera eliminarlas de tu rutina. Si es posible, delega tareas a otras personas para liberar tiempo para lo que realmente importa.

       Simplifica tu entorno. Un espacio desordenado puede afectar tu productividad y claridad mental. Organiza tu espacio de trabajo y deshazte de objetos innecesarios. Un entorno limpio y ordenado puede ayudarte a concentrarte mejor en tus tareas importantes.

 

       Establece límites claros en tu tiempo. Define horarios específicos para trabajar en tus proyectos y respétalos. Evita las interrupciones y distracciones durante esos períodos, lo que te permitirá ser más eficiente y productivo.

 

       Finalmente, reflexiona regularmente sobre tus progresos. Tómate un tiempo para evaluar qué acciones han sido efectivas y cuáles no. Ajusta tu enfoque según sea necesario y mantente flexible para adaptarte a nuevas oportunidades.

 

Al aplicar estas estrategias, podrás eliminar lo superfluo y concentrarte en lo que realmente impulsa tu progreso, permitiéndote hacer menos y ganar más en todas las áreas de tu vida.

 

 

3. Cómo encontrar la acción clave

 

Discernir cuál es la acción crucial que transformará tu enfoque y te llevará a obtener los resultados que deseas requiere un proceso de reflexión y análisis.

 

Aquí hay algunos pasos que puedes seguir:

 

       Primero, comienza por definir claramente tus objetivos. Tómate un tiempo para escribir lo que realmente deseas lograr, ya sea en tu vida personal o profesional. Cuanto más específicos sean tus objetivos, más fácil será identificar las acciones necesarias para alcanzarlos.

 

       Luego, analiza tus actividades actuales. Haz una lista de las tareas y acciones que realizas regularmente. Pregúntate cuáles de estas actividades realmente contribuyen a tus objetivos y cuáles son solo distracciones o tareas que consumes tiempo sin un propósito claro.

 

       A continuación, identifica patrones en tus éxitos pasados. Reflexiona sobre momentos en los que has logrado resultados significativos. ¿Qué acciones tomaste en esos momentos? Reconocer las acciones que han funcionado para ti en el pasado puede ayudarte a identificar lo que necesitas hacer ahora.

 

       También es útil dividir tus objetivos en pasos más pequeños. A veces, una gran meta puede parecer abrumadora, lo que dificulta la identificación de la acción crucial. Al desglosar tus objetivos en tareas más manejables, podrás ver qué acciones específicas deben tomarse primero.

 

       No subestimes el poder de la retroalimentación. Habla con personas de confianza, como amigos, mentores o colegas, y pídeles su opinión sobre tus objetivos y acciones. A menudo, otros pueden ofrecer perspectivas valiosas que te ayudarán a ver lo que tú podrías estar pasando por alto.

 

       Finalmente, confía en tu intuición. A veces, la acción crucial puede ser aquella que sientes en tu interior que debes tomar, incluso si no puedes explicarlo completamente. Escuchar tu voz interior puede guiarte hacia decisiones que alineen tus acciones con tus verdaderos deseos.

 

Recuerda que discernir la acción crucial es un proceso continuo. A medida que avances, mantente flexible y dispuesto a ajustar tu enfoque según sea necesario. La clave está en la autoconciencia y la disposición para actuar.

 

 

4. Deshacerse de los pensamientos autolimitantes

 

Deshacerse de los pensamientos autolimitantes es un proceso fundamental para actuar con libertad y determinación. Primero, es importante identificar las creencias limitantes. Tómate un tiempo para reflexionar sobre tus pensamientos y anota aquellos que te hacen sentir incapaz o que limitan tus acciones. Pregúntate de dónde viene esa creencia.

 

Una vez identificados, cuestiona la validez de esos pensamientos. Pregúntate si realmente son ciertos y qué evidencia tienes para apoyar o refutar esas creencias. Luego, trabaja en reformular esos pensamientos negativos en afirmaciones positivas. Por ejemplo, si piensas “No soy bueno en esto”, cámbialo por “Estoy en proceso de aprender y mejorar”.

 

La visualización también puede ser una herramienta poderosa. Imagina situaciones en las que actúas con confianza y éxito. Esto te ayudará a crear un nuevo marco mental y a prepararte para enfrentar desafíos. Practicar la atención plena o mindfulness te permitirá ser consciente de tus pensamientos sin juzgarlos, lo que te ayuda a observar tus creencias limitantes sin dejar que te controlen.

 

Establecer metas pequeñas es otra estrategia efectiva. Comienza con objetivos alcanzables que te permitan salir de tu zona de confort. Cada pequeño logro te ayudará a construir confianza y desafiar tus creencias negativas. Además, rodéate de personas que te apoyen y te motiven. Compartir tus objetivos con amigos o mentores te proporcionará una perspectiva diferente y alentadora.

 

La educación y el aprendizaje son clave para aumentar tus conocimientos y habilidades en áreas donde sientes inseguridad. Esto puede desmantelar creencias erróneas y darte la confianza necesaria para actuar. Mantener un diario también es útil; lleva un registro de tus pensamientos y progresos. Escribir sobre tus experiencias te ayudará a ver patrones y a celebrar tus logros.

 

Por último, acepta el fracaso como parte del aprendizaje. Entiende que el fracaso es una parte natural del proceso y cada error es una oportunidad para crecer y mejorar. Implementar estas estrategias puede ayudarte a deshacerte de los pensamientos autolimitantes y a actuar con mayor libertad y determinación. Recuerda que el cambio lleva tiempo y paciencia, pero cada paso cuenta en tu camino hacia el crecimiento personal.

 

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© Nikolai Barkov, 2024

 

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