El Cuarto Camino: Práctica de Desarrollo Interno Creada por Gurdjieff
El Cuarto Camino es un enfoque de
auto-desarrollo que fue creado por el místico y filósofo armenio Georges
Ivanovich Gurdjieff. Esta práctica se centra en el desarrollo integral del ser
humano, combinando el trabajo físico, emocional e intelectual. A lo largo de su
vida, Gurdjieff exploró diversas tradiciones espirituales y esotéricas, lo que
le permitió sintetizar un sistema que hace accesibles antiguos conocimientos
orientales a la civilización europea.
El Cuarto Camino es una concepción
desarrollada por Georges Gurdjieff, que representa un método de
autoconocimiento y desarrollo espiritual. A diferencia de los caminos
tradicionales (el camino del monje, el yoga y el camino del gurú), el Cuarto
Camino combina elementos de los tres, pero se centra en vivir en el mundo.
El Cuarto Camino de Gurdjieff: ¿qué es?
Las ideas principales del Cuarto Camino incluyen
la consciencia, que implica desarrollar la capacidad de ser consciente en la
vida cotidiana, observando nuestros pensamientos y acciones. El trabajo sobre
uno mismo requiere esfuerzo y constancia, abarcando tanto el trabajo físico
como el interno. La interacción con otras personas que también buscan el
desarrollo se considera un aspecto importante. El objetivo no es solo el
entendimiento, sino una profunda transformación de la personalidad y la
conciencia.
Gurdjieff enfatizaba que este camino
está disponible para cualquiera que esté dispuesto a buscar el autoconocimiento
y el trabajo interno, sin importar su posición social o estilo de vida.
«Mire hacia la última hora que acaba de
pasar, como si fuera su última hora en la tierra, y acaba de darse cuenta de
que ha muerto. Pregúntese a sí mismo, ¿está satisfecho con la última hora de su
vida?», les preguntaba a sus alumnos Georgiy Gurdjieff.
Las citas y aforismos que le pertenecen
nos hacen reflexionar sobre cómo vivimos. ¿Y entiende el ser humano por qué
vive en absoluto? Es poco probable que se pueda estar satisfecho o insatisfecho
al respecto, sin tener una idea concreta de lo que realmente significa vivir
para él. ¿Es que la vanidad de la cotidianidad con sus exigencias de lucha por
un «lugar bajo el sol» es la vida en el sentido humano?
Mírese a sí mismo y a su entorno. ¿A muchas
personas les gustaría que el sentido de su existencia fuera diferente al
sentido de la existencia de las plantas y los animales? Hay toda una serie de
razones por las que esto le preocupa a usted, y no le preocupa a nadie de su
entorno habitual.
El Cuarto Camino es una enseñanza
esotérica sobre la evolución del ser humano desde el nivel de satisfacción de
deseos e intereses inusuales de los «cuervos blancos de la manada humana» hasta
el nivel de formación en el ser humano de cuerpos superiores, capaces de vivir
después de la muerte del cuerpo físico.
El deseo insaciable de Gurdjieff,
formado en su infancia, de entender el sentido de la vida humana se tradujo en
años de viajes por Oriente en busca de un conocimiento que respondiera a esta
pregunta. El camino de Gurdjieff requería una entrega total y esfuerzos
sobrehumanos. Después de muchos años de vagabundeo, regresó a Europa para
transmitir a la gente una enseñanza que pertenece a las escuelas esotéricas.
Al mismo tiempo, según las palabras de
Gurdjieff, «El Cuarto Camino es imposible sin algún trabajo de cierto
significado, sin algún comienzo, alrededor del cual y en relación con el cual
solo existe. Cuando este trabajo se ha completado, es decir, cuando se ha
alcanzado el objetivo establecido, el Cuarto Camino desaparece, es decir,
desaparece en este lugar, desaparece en esta forma, continuando, tal vez, en
otro lugar y en otra forma».
El Cuarto Camino de Gurdjieff: ¿qué significa?
El Cuarto Camino, según Gurdjieff, se
refiere a un método de desarrollo espiritual que integra y combina aspectos de
los tres caminos tradicionales: el camino del monje, el camino del yogui
y el camino del gurú. Este enfoque
busca el autoconocimiento y la transformación personal mientras se vive en el
mundo cotidiano, en lugar de retirarse de la vida diaria.
El Cuarto Camino enfatiza la importancia
de la consciencia, el trabajo interno y la interacción con otros que buscan el
mismo desarrollo. A través de este proceso, se busca no solo entenderse a uno
mismo, sino también experimentar una profunda transformación de la personalidad
y la conciencia. Gurdjieff creía que este camino es accesible para todos,
independientemente de su situación social o estilo de vida, siempre que estén
dispuestos a trabajar en sí mismos.
Georgiy Gurdjieff creía que el ser
humano no puede evolucionar mientras utilice solo migajas de sus capacidades,
permaneciendo en un estado normal, similar al 'sueño'. La atención del ser
humano es constantemente atraída por diversas trivialidades, y no puede
controlarse a sí mismo. Por lo tanto, los planes cambian constantemente: a
veces quiere vivir realmente, y no funcionar como un animal, a veces de repente
olvida, o incluso si recuerda, ya no quiere nada, y de repente surgen
nuevamente deseos en él y está listo para establecerse metas, etc.
Y por eso es imposible entender la
esencia de las enseñanzas de Gurdjieff sin un profundo estudio de uno mismo y
la adquisición de control sobre uno mismo. Para comenzar el movimiento hacia
esta comprensión, él ofrecía a sus alumnos ejercicios especiales, incluidos
movimientos: danzas sagradas de Gurdjieff, explicaba las ideas de la enseñanza
esotérica con ejemplos prácticos, sin permitir que se convirtieran solo en
material para la reflexión.
«El hombre-máquina» según Gurdjieff
El concepto de “hombre-máquina” según
Gurdjieff se refiere a la idea de que los seres humanos, en gran medida, operan
de manera automática, como máquinas, como autómatas, sin una verdadera
consciencia de sus pensamientos, emociones y acciones. Gurdjieff sostenía que
la mayoría de las personas viven en un estado de mecanicidad, reaccionando a estímulos externos sin cuestionar sus motivaciones o decisiones.
Este enfoque implica que, para alcanzar
un verdadero desarrollo espiritual y autoconocimiento, es necesario romper con
esta automatización y cultivar la consciencia. Gurdjieff promovía la idea de
que a través del trabajo interno y la práctica de la atención plena, las
personas pueden liberarse de este estado mecánico y convertirse en seres más
conscientes y auténticos.
El “hombre-máquina” es, por lo tanto, un
llamado a la reflexión sobre la naturaleza de nuestra existencia y un incentivo
a buscar un camino hacia una vida más consciente y significativa.
Según la enseñanza de Georgiy Gurdjieff,
el ser humano es una “máquina” mecánica que funciona según el principio de
estímulo-respuesta. Es decir, cuando una persona “duerme”, no puede controlar
ni a sí misma, ni mucho menos su vida, ya que su vida está completamente
controlada por estímulos mecánicos aleatorios internos o externos. Así, cada
una de nuestras acciones es provocada no por nuestra Voluntad, sino por
reacciones mecánicas, a menudo aleatorias, a estos estímulos mecánicos. Si el
clima empeora, nuestro estado de ánimo también se deteriora; si nos gritan,
inmediatamente comenzamos a gritar en respuesta.
No vivimos, simplemente flotamos a la
deriva, continuando reaccionando mecánicamente a estímulos externos que se
forman aleatoriamente. En este estado habitual, una persona es incapaz de ver y
comprender el mecanismo de formación de estos estímulos y reacciones.
Por lo tanto, el trabajo de cambio
comienza con el estudio y la observación de uno mismo, formando gradualmente la
capacidad de una verdadera conciencia de uno mismo. Solo la plena conciencia de
la naturaleza de nuestras reacciones mecánicas, de los estímulos que las
desencadenan y la observación imparcial del momento presente permiten a una
persona ver el panorama completo de lo que está sucediendo y hacer una elección
consciente de su reacción y, en última instancia, vivir, en lugar de funcionar
según el principio de estímulo-respuesta. Este es el comienzo de la metodología
de Gurdjieff.
Cuando derramas tu café de la mañana,
discutes con tus seres queridos por trivialidades y cometes errores en tu
trabajo, no te das cuenta de ti mismo: estás durmiendo. Toda tu atención está
centrada en un solo “objeto” y no ves el panorama completo de lo que está
sucediendo. Cuando estás aquí y ahora, incluso al derramar tu café de la
mañana, al ser consciente de ti mismo, notas la belleza de la mañana temprana,
no llegas tarde a reuniones importantes y sabes cómo alcanzar tus objetivos: ya
no eres del todo una máquina, ya no estás
durmiendo.
Técnicas de desarrollo según Gurdjieff
Gurdjieff desarrolló varias técnicas de
desarrollo personal y espiritual que buscan ayudar a las personas a despertar
de su estado de mecanicidad y alcanzar un mayor nivel de consciencia. Entre
estas técnicas se encuentran los movimientos y danzas, que combinan el ejercicio
físico con la atención consciente, promoviendo la integración del cuerpo y la
mente. La práctica de la autoobservación implica observar los propios
pensamientos, emociones y acciones sin juzgarlos, lo que permite tomar
conciencia del automatismo y comenzar a trabajar en la transformación personal.
Gurdjieff también enfatizaba la
importancia de trabajar en comunidad, ya que la interacción con otros que
buscan el desarrollo espiritual puede proporcionar apoyo y reflexión,
facilitando el proceso de autoconocimiento. Los ejercicios de atención están
diseñados para entrenar la mente a estar más presente y consciente en el
momento, ayudando a romper patrones automáticos de pensamiento y
comportamiento. Además, el estudio de la filosofía de Gurdjieff y otros textos
espirituales es fundamental para comprender la naturaleza del ser humano y el
camino hacia la evolución personal.
Estas técnicas están interrelacionadas y
se complementan entre sí, formando un enfoque holístico para el desarrollo
humano según Gurdjieff.
Todas las enseñanzas esotéricas, a
diferencia de las religiosas, buscan el mismo objetivo que el Cuarto Camino: el desarrollo evolutivo del ser humano,
pero trabajan según un principio diferente.
Georgiy Gurdjieff comparaba
alegóricamente al ser humano con una carreta. Creía que el ser humano está
dividido en partes. Según el sistema de Gurdjieff, en el ser humano hay cuatro
centros: el intelectual, el
emocional, el motor y el instintivo. Deben cumplir sus funciones,
pero a menudo intentan asumir las responsabilidades de los demás.
Por ejemplo, a menudo intentamos evaluar
las obras de arte solo con la mente, aunque esto debe hacerse tanto con la
mente como con los sentimientos. Los ejercicios de Gurdjieff ayudan a
establecer una conexión entre las diferentes partes del ser humano. En diversas
enseñanzas, las personas trabajan solo con un centro, siendo plenamente
conscientes solo de su trabajo, y luego tienen que hacer el mismo trabajo con
otros centros.
Así, un monje puede desarrollar su centro
emocional a través de una fe sincera, alcanzando la unidad y la voluntad que
dominan sus emociones. Pero su cuerpo físico y sus capacidades mentales pueden
permanecer subdesarrollados. Y para aprovechar para su evolución lo que ha
logrado, tendrá que desarrollar su cuerpo y su capacidad de pensar. La relación
del monje con su cuerpo cambia de manera diametralmente opuesta: de verlo como
la causa de la tendencia al pecado a considerarlo como un divino recipiente
otorgado por Dios, en el que puede florecer el alma.
El camino del “astuto”
El Cuarto Camino es considerado el
camino del “astuto” o del “hombre ingenioso”. Gurdjieff lo describe
como un enfoque que combina la sabiduría de los tres caminos tradicionales (el
del monje, el del yogui y el del gurú) pero adaptado a la vida cotidiana. Este
camino no requiere retirarse del mundo, sino que invita a los individuos a
trabajar en su desarrollo espiritual mientras enfrentan las realidades y
desafíos de la vida diaria.
El “hombre astuto” en este contexto es
aquel que utiliza su ingenio y
creatividad para navegar por las complejidades de la existencia, buscando
la autoconciencia y el crecimiento personal. A través de la observación de sí
mismo y el trabajo interno, se busca romper con la mecanicidad y alcanzar una
vida más plena y consciente. Este enfoque enfatiza la importancia de ser
adaptable y consciente en cada momento, utilizando las experiencias diarias
como oportunidades para el desarrollo espiritual.
Para explicar la idea de los centros,
Gurdjieff comparaba al ser humano con una carreta. El cochero representa el
centro intelectual, el caballo el centro emocional, y la carreta el centro
instintivo-motor. Actualmente, no funcionan de manera coordinada. El caballo no
entiende lo que le dice el cochero, y la carreta no recibe el cuidado adecuado.
Así, el centro emocional no se somete a la mente, porque no entiende el
lenguaje común. Debemos observar el funcionamiento de los centros para
conectarlos entre sí.
La práctica según Gurdjieff
«Un pianista principiante nunca puede
aprender de otra manera que poco a poco. Si quieres tocar sin práctica previa,
nunca podrás tocar música auténtica. Las melodías que tocarás resultarán ser
una cacofonía, harán que la gente sufra y te odie», decía Gurdjieff.
El Cuarto Camino también comienza con
pequeños ejercicios. El sistema de Gurdjieff ayuda a la persona a estar aquí y
ahora. Primero debes trabajar con cosas pequeñas y aumentar gradualmente la
carga. Debes comenzar con ejercicios simples: por ejemplo, no cruzar las
piernas durante las comidas, intentar mirar a los ojos a la persona que te
habla, luego el nivel de dificultad aumenta. Haciendo pequeños esfuerzos y
logrando las primeras victorias, poco a poco nos volvemos capaces de renunciar
a pensamientos inútiles, dejar malos hábitos, trabajar arduamente durante días
y semanas. De alguna manera, estamos fortaleciendo los músculos de la atención
y la conciencia, preparando nuestro cuerpo y mente para ejercicios más
intensos.
La práctica según Gurdjieff se centra en
el desarrollo de la consciencia y la transformación personal a través de
diversas técnicas y métodos. Algunos de los aspectos clave de su enfoque
incluyen:
1. Autoobservación
Esta práctica consiste en observarse a
uno mismo sin juicio, prestando atención a los propios pensamientos, emociones
y acciones. El objetivo es tomar conciencia de los patrones automáticos y
mecanicidades que dominan la vida cotidiana.
2. Movimientos y danzas
Gurdjieff creó una serie de movimientos
y danzas que combinan la atención consciente con la actividad física. Estas
prácticas ayudan a integrar el cuerpo y la mente, promoviendo la consciencia y
el equilibrio interno.
3. Trabajo en grupo
La interacción con otros que buscan el
desarrollo espiritual es fundamental. El trabajo en grupo proporciona un
entorno de apoyo y reflexión, donde los participantes pueden aprender unos de
otros y profundizar en su autoconocimiento.
4. Ejercicios de
atención
Estos ejercicios están diseñados para
entrenar la mente a estar presente en el momento, lo que ayuda a romper
patrones de pensamiento automáticos y a desarrollar una mayor consciencia de
uno mismo y del entorno.
5. Estudio y reflexión
Gurdjieff enfatizaba la importancia de
estudiar su filosofía y otros textos espirituales, así como la reflexión sobre
las propias experiencias y aprendizajes.
Estas prácticas están interrelacionadas
y se complementan entre sí, formando un enfoque
integral para el desarrollo humano y espiritual según Gurdjieff.
Georgi Gurdjieff y el eneagrama
Georgi Gurdjieff no fue el creador del
eneagrama, pero su enseñanza influyó en el desarrollo de este sistema. El
eneagrama es una figura geométrica de nueve puntos que representa diferentes
tipos de personalidad y sus interrelaciones. Gurdjieff utilizó el eneagrama
como una herramienta para ilustrar la dinámica del ser humano y su evolución.
El eneagrama, en el contexto de
Gurdjieff, se relaciona con la idea de que cada tipo de personalidad tiene
patrones automáticos de comportamiento y formas de pensar que limitan su
desarrollo. A través de la comprensión de estos tipos y sus interacciones, las
personas pueden trabajar en su autoconocimiento y transformación personal. G.
I. Gurdjieff creía que toda nuestra vida transcurre bajo la influencia de leyes
cósmicas. Para explicarlas, utilizó un antiguo símbolo llamado El eneagrama de Gurdjieff. La interpretación de esta
figura proporcionaba a sus alumnos una comprensión de las leyes del mundo.
Según la antigua literatura esotérica y las excavaciones arqueológicas, se sabe
que el Eneagrama existía en el Medio Oriente hace al menos 2500 años. Este
signo se encuentra en el cristianismo, el judaísmo y la cábala, el sufismo, así
como entre los filósofos y matemáticos de la antigua Grecia.
Posteriormente, otros desarrolladores,
como Óscar Ichazo y Claudio Naranjo, expandieron y popularizaron el sistema del
eneagrama, incorporando aspectos psicológicos y espirituales. Sin embargo, la
conexión inicial con las enseñanzas de Gurdjieff es fundamental para comprender
su origen y propósito en el ámbito del desarrollo personal.
Óscar Ichazo fue un filósofo y psicólogo
boliviano, conocido por ser uno de los principales desarrolladores del sistema del
eneagrama de la personalidad. Nacido en 1931, Ichazo fundó el Arica School en la década de 1970, donde
enseñó su enfoque sobre la personalidad y desarrollo espiritual.
Ichazo propuso que cada tipo de
personalidad en el eneagrama está asociado con una pasión o emoción básica que
puede llevar a patrones de comportamiento automáticos. A través de su trabajo,
introdujo conceptos como las “pasiones”, las “virtudes” y las “fixaciones” de
cada tipo, ofreciendo una comprensión más profunda de cómo estas
características influyen en la vida de las personas.
Su enfoque no solo se centra en la identificación
de los tipos de personalidad, sino también en el desarrollo de la consciencia y
la transformación personal. Ichazo combinó elementos de la psicología, la
filosofía y la espiritualidad, lo que ha llevado a que su trabajo sea
influyente en diversas corrientes de pensamiento contemporáneas sobre el
crecimiento personal y la autoayuda. Su legado continúa a través de las
enseñanzas y prácticas que han evolucionado a partir de su sistema del eneagrama.
Claudio Naranjo fue un psiquiatra,
psicólogo y escritor chileno, conocido por su trabajo en el desarrollo del
sistema del eneagrama de la personalidad. Nacido en 1932, Naranjo fue uno de
los discípulos de Óscar Ichazo y desempeñó un papel fundamental en la
popularización del eneagrama en el ámbito de la psicología y el crecimiento
personal.
Naranjo integró su formación en
psicología con elementos de la espiritualidad, la filosofía y la psicoterapia.
A través de sus enseñanzas, introdujo conceptos como los “tipos de personalidad”
y sus respectivas “pasiones”, así como las “virtudes” que pueden desarrollarse
al superar estas limitaciones. También enfatizó la importancia de la
autoobservación y el trabajo interno para lograr un mayor autoconocimiento y
transformación personal.
Además de su trabajo con el eneagrama,
Naranjo fue pionero en la terapia de grupo y en el uso de técnicas de
meditación y conciencia en el contexto terapéutico. Sus libros, talleres y
seminarios han influido en muchos profesionales de la psicología y en personas
interesadas en el crecimiento personal, convirtiéndolo en una figura clave en
la integración de la psicología y la espiritualidad. Su legado sigue vivo en
las comunidades que estudian y aplican el eneagrama hoy en día.
Hidrógenos y octavas en el sistema de
Gurdjieff
En la enseñanza de Gurdjieff, los
conceptos de “hidrógenos” y “octavas” son fundamentales para entender
su visión sobre la evolución y el desarrollo del ser humano.
La octava es una línea de desarrollo de cualquier proceso en el universo: desde
el nacimiento de un nuevo planeta hasta la aparición del alma humana. Para que
los procesos se desarrollen de manera intencionada, es necesario saber que en
cualquier asunto hay puntos que cambian la dirección del movimiento. Para que
un asunto iniciado se complete con éxito, es necesario hacer esfuerzos
adicionales. Las lecciones teóricas de Gurdjieff incluían estos temas. A veces,
para completar con éxito la octava, necesitamos un tipo especial de materia
sutil, que el autor del sistema llamaba hidrógeno. Este no es hidrógeno en el
sentido científico de la palabra. Para que las materias sutiles se formen en
nuestros cuerpos, será necesario detener las fugas de energía y proporcionar
impresiones agradables.
Los hidrógenos representan diferentes
niveles de energía o sustancia que son necesarios para el crecimiento y la
transformación. Gurdjieff clasificó los hidrógenos en varias categorías, desde
los más densos (hidrógeno 1) hasta los más sutiles (hidrógeno 12). Cada nivel
de hidrógeno corresponde a diferentes aspectos de la existencia y la
consciencia, y se requiere un tipo específico de “alimento” o energía para
nutrir cada nivel.
Las octavas son un concepto musical que
Gurdjieff utilizó para ilustrar el proceso de desarrollo y transformación. Al
igual que en la música, donde las notas se organizan en octavas, Gurdjieff
aplicó esta idea al crecimiento personal. En su sistema, una octava representa
un ciclo de desarrollo que incluye un inicio, un desarrollo y un final, con la
posibilidad de un nuevo comienzo. Las octavas pueden ser ascendentes (progreso)
o descendentes (regresión), y la idea es que el ser humano debe trabajar
conscientemente para mantener el movimiento ascendente hacia niveles más altos
de consciencia y energía.
La combinación de estos conceptos
permite a los individuos comprender mejor su propio proceso de evolución y la
necesidad de nutrirse adecuadamente en todos los niveles para alcanzar un
estado más elevado de ser.
La práctica y ejercicios de Gurdjieff
El método de Gurdjieff se basa en el
autoconocimiento. Esto significa que debemos ser conscientes de nuestras
acciones en cada segundo y, de alguna manera, vernos desde afuera. Sin una
observación imparcial de nosotros mismos, cuando cometemos actos inconscientes,
alguna parte de nosotros reconfigura el presente para justificarse y, de este
modo, nos aleja de la realidad efectiva hacia la imaginación.
Habla por turnos con dos personas
comunes después de una pelea. Seguramente, cada uno de ellos expondrá un punto
de vista en el que él tiene razón y el otro es culpable. Cuando nos observamos
a nosotros mismos, a nuestra máquina le resulta más difícil llevar a cabo este
truco, por lo que percibimos el presente de manera más adecuada y objetiva.
El autoconocimiento no se logra de
inmediato, por lo que la práctica de Gurdjieff comienza con pequeños ejercicios
que requieren ciertos esfuerzos. Por ejemplo, cuando estamos sentados en una
posición incómoda o hacemos cosas nuevas para nosotros, esto requiere una mayor
concentración y nos recuerda constantemente a nosotros mismos. En el sistema de
Gurdjieff, se presta especial atención a la división
de la atención en varias partes. Por ejemplo, podemos mantener el cuerpo en
una determinada postura y escuchar música atentamente. Inténtalo, no es tan
simple como parece.
Obras literarias de Gurdjieff
Las tres obras más conocidas de
Gurdjieff son: “Cuentos de Belcebú a su nieto”, “Encuentros con hombres
notables” y el libro inacabado “La vida es real solo cuando Yo soy”. G.I.
Gurdjieff proponía estudiar el ciclo “Todo y todos” precisamente en ese orden,
leyendo cada texto tres veces para comprender lo escrito.
Normalmente leemos libros casi
automáticamente, por lo que olvidamos rápidamente su contenido, pero al
estudiar esta literatura es necesario hacer el máximo esfuerzo. La filosofía de
Gurdjieff se vuelve práctica solo si intentamos aplicarla; no es suficiente con
estudiar la teoría. Georgiy Gurdjieff, cuyas citas son utilizadas hoy en día
por muchas escuelas pseudo-esotéricas, creó un sistema simple y al mismo tiempo
grandioso para el desarrollo humano. Pero no podremos beneficiarnos de este
método si no hacemos un esfuerzo suficiente. Después de todo, las reglas más
simples son las más difíciles de seguir. Por lo tanto, si queremos intentar
trabajar con el sistema, necesitamos el apoyo y la ayuda de personas afines.
Para entender lo que Gurdjieff quería
decir, las afirmaciones de sus libros tendrán que ser verificadas en la
práctica. Muchas de las metáforas provienen de antiguos conocimientos
esotéricos que Gurdjieff estudió. Aprendió sobre la carreta de los sufíes. Solo
en la práctica podrás percibir las ideas del sistema como cosas reales, y no
como conceptos filosóficos abstractos.
Es mejor que los principiantes comiencen
con el libro “En busca de lo maravilloso”. Este fue escrito por P.D. Ouspensky,
un alumno de Gurdjieff, quien no tenía igual en la maestría de exponer los
principios del sistema. Posteriormente, fundó su propia escuela en la tradición
del Cuarto Camino en Inglaterra. Si deseas saber más sobre el lado práctico del
sistema, lee libros y artículos sobre Gurdjieff. Hay mucho material para
reflexionar en las obras de J.G. Bennett, C.S. Nott y M. Anderson.
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