EL PASTOR Y LA TEJEDORA
EL PASTOR Y LA TEJEDORA
El Pastor y La Tejedora
牛郎、织女 [Niulang,
Zhinü]
Los chinos les
llaman El Pastor y La Tejedora a los cónyuges que por alguna
razón viven lejos el uno del otro. La historia del El Pastor y La Tejedora es
un mito del pueblo chino. Cuando uno va a estudiar el idioma chino, esa
historia obligatoriamente se incluye en los libros de texto. A mí, ese mito me
impactó desde la primera vez que supe de él. Ahora lo quiero compartir con
ustedes.
En la
antigüedad, vivía un niño. Sus padres murieron y él vivía con el hermano mayor
y su esposa. La esposa del hermano mayor lo trataba muy mal. Durante el día,
ella lo mandaba a pastar la vaca, y por la noche lo dejaba pernoctar en el
establo con la vaca. Nadie se refería a él por su nombre propio y todos lo
llamaban simplemente el Pastor. El Pastor amaba mucho a esta vaca, y la
vaca le respondía con lo mismo. Cuando el Pastor
hablaba o cantaba, la vaca parecía entenderlo. Por lo tanto, el Pastor hablaba a menudo con la vaca. ¡A
veces el Pastor imaginaba qué lindo
sería si la vaca pudiera hablar!
Así pasó año
tras año, y el Pastor creció
gradualmente. El hermano mayor y su esposa tenían miedo de que El Pastor reclamara sus derechos sobre la
parte de la granja de su padre y, por lo tanto, han decidido echarlo a la calle.
Una vez le dijeron: “Te has convertido en adulto y debemos dividir la
propiedad. Te damos esta vaca, y también te damos un carruaje, y todo lo demás
se queda para nosotros”.
El Pastor no tuvo más remedio que arreando
la vaca abandonar el pueblo. Llegó caminando a una montaña y se detuvo a su
pie. Ahí se quedó a vivir. De día iba a recolectar la leña, luego la vendía, de
noche dormía en el carruaje. Pasaron varios días y al pie de la montaña él construyó
una pequeña choza. Cerca de la choza aró un terreno y sembró trigo. Una noche, la
vaca de repente se dirigió a él en lenguaje humano y le dijo: “Mañana, cuando anochezca,
las hadas celestiales volarán para nadar en el lago detrás de esta montaña.
Dejarán sus ropas en el prado. Tendrás que recoger la túnica de color rosa del
suelo, esconderte con ella en el bosque y esperar. El hada que vendrá por a ti buscando
su ropa será tu esposa.
Al día siguiente el Pastor hizo todo lo que le dijo la vaca. Y el hada realmente se acercó a él. Resultó ser que ella era la nieta de la Reina celestial Wangmu y su nombre era La Tejedora. Ella sabía cómo tejer brocados de colores, con los cuales la Reina Wangmu adornaba el cielo. Estando en el Cielo, la Tejedora todo el día lo único que hacía es tejer brocados de colores y no tenía libertad de ninguna otra cosa. Por lo que siempre quiso dejar el Reino de los Cielos. Cuando la Reina Wangmu pasó de tragos y se emborrachó, la Tejedora junto con otras hadas se aprovechó del momento y descendió volando del Cielo para divertirse en el mundo de los humanos. El Pastor, a su vez, le contó su historia y la Tejedora se compadeció mucho de él. El Pastor le dijo: “Si te sientes mal en el Cielo, entonces no vuelvas más allá. Nos casaremos y vivirás tu vida en el mundo humano". La Tejedora aceptó. Entonces se casaron y se amaron mucho. El Pastor aró y sembró, y la Tejedora tejió en casa. Vivieron vidas muy felices y plenas. Pasaron dos o tres años y tuvieron un hijo y una hija. Los niños nacieron muy inteligentes y hermosos.
Un día, la vaca se
dirigió con voz humana y le dijo al Pastor:
“He envejecido y ya no me queda mucho tiempo por vivir. Después de que yo muera,
conserva mi pelleja. Cuando surjan problemas, ponte la pelleja sobre tus hombros
y eso te ayudará. Cierto tiempo después, la vaca murió y el Pastor sufrió desconsoladamente.
La Reina Wangmu finalmente sonsacó que la Mujer Tejedora se había ido al mundo humano sin su permiso. Anteriormente
a la Reina no le gustaba mucho la Tejedora, pero a partir de ahí la odió
aún más y decidió por todos los medios devolverla al Cielo. Una vez, la propia Reina voló a la casa del Pastor, agarró a la Tejedora y llevó arrastrada consigo. El
Pastor estaba en el campo en ese
momento, y la Tejedora logró gritar
a los niños para que avisaran a su padre lo antes posible.
El Pastor al enterarse de que la Tejedora fue secuestrada,
inmediatamente corrió a casa, puso a los niños en una canasta y emprendió la
persecución. Pero él no sabía volar, y entonces recordó las palabras de la vaca
dichas por ella un poco antes de su muerte. Inmediatamente sacó la piel y la
echó sobre sus hombros. Y luego, junto con los niños, ascendió al cielo y muy rápidamente
casi alcanzó a la Reina. Viendo eso,
Wangmu se quitó la horquilla del
cabello, trazó una línea detrás de sí con lo que apareció un río grande frente
al Pastor. El río era muy ancho y
con una corriente demasiado rápida. El Pastor
no podía sobrevolarlo de ninguna manera. Más tarde en las noches, la gente veía
este río en el Cielo y le pusieron el nombre de la Vía Láctea. En las orillas opuestas
de este río había dos estrellas brillantes. Estas estrellas son el Pastor y la Tejedora. También hay dos estrellas pequeñas ubicadas cerca de la
estrella del Pastor. Estas estrellas
son sus hijos.
Cuenta la
leyenda, que la Reina Wangmu permite que el Pastor y la Tejedora se reúnan solo una vez al año, en la tarde del día 7 del
mes 7 según el calendario lunar. Esa noche, una bandada de urracas vuela hacia
el río y forma un puente sobre el río para que el Pastor y la Tejedora
puedan cruzar el puente y encontrarse.
Esta hermosa y
conmovedora historia en China es conocida por todos. A los cónyuges que por
alguna circunstancia en le vida se ven obligados a vivir por separado en lugares
lejanos, los chinos modernos los llaman el Pastor
y la Tejedora.
En versos, los nombres
El Pastor y la Tejedora [Niulang, Zhinü] 《牛郎织女》suelen acortarse y toman la forma de [Niu
Nü] ̀《牛女》. Por ejemplo, en el poema del poeta de la
dinastía Ming (1368 – 1644), Tang Yin
《唐寅》, “La Canción de las estaciones en
la orilla derecha del río Yangtze” [Jiang nan si ji ge] 《江南四季歌》hay esta línea:
梧桐忽报秋风起,鹊桥牛女渡银河。
Wutong hu bao qiu feng qi, xi qiao Niu Nü du yinhe.
El
árbol Wutong de súbito nos da la noticia que ya llegó el viento otoñal,
Y
el Pastor y la Tejedora están cruzando la Vía Láctea sobre un puente de
urracas.
Y en la poesía del poeta Zhou Shi
《周实》 “En la tarde del 7º día del 7º mes,
lloramos por los muertos” con la melodía típica de “La Canción de hilos dorados” (《金缕曲•七夕伤逝》[Jin lü qu•qi xi shang shi] se encuentra esta
línea:
尝尽人间离别恨,我亦银河牛女。
Chang jin ren jian libie hen, wo yi yin he Niu Nü
Hemos
experimentado plenamente la amargura de la separación, como el Pastor y la
Tejedora en la Vía Láctea.
© Nikolai Barkov,
2022
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